El fuego eterno de los fieles al profeta Zaratustra desaparece tras un milenio, con la emigración de sus jóvenes a países más prósperos y seguros y una baja natalidad de una comunidad que antaño fue influyente
El fuego eterno de los fieles al profeta Zaratustra desaparece tras un milenio, con la emigración de sus jóvenes a países más prósperos y seguros y una baja natalidad de una comunidad que antaño fue influyente