SEGURIDAD. Agentes de la Policía custodiaban ayer la embajada de México en Quito, después de que irrumpieran en la sede diplomática para detener al exvicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción.
Foto: AFP | SEGURIDAD. Agentes de la Policía custodiaban ayer la embajada de México en Quito, después de que irrumpieran en la sede diplomática para detener al exvicepresidente Jorge Glas, acusado de corrupción.  

En una serie de declaraciones oficiales por parte de líderes y gobiernos, potencias internacionales y países liderados por la derecha en Latinoamérica se sumaron a las condenas contra Ecuador, que quedó envuelto en una tormenta diplomática por el rechazo internacional al asalto de sus fuerzas de seguridad a la embajada mexicana en Quito, para detener al exvicepresidente Jorge Glas.

Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), replicado por ministerios y representaciones de los Estados miembros, también condenaron el hecho. A estas declaraciones se le unió la Embajada Británica en México, quienes pidieron respetar a las misiones diplomáticas, tal como se establece en la Convención de Viena de 1961 sobre las relaciones entre naciones. 

Previamente, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se declaró “alarmado” por el impactante operativo, sin antecedentes cercanos.

Estados Unidos también condenó “cualquier violación al estatuto de Viena”, que garantiza la soberanía territorial de una embajada, y llamó a ambos países a “resolver sus diferencias de acuerdo a las normas”. 

Tanto gobiernos de izquierda de la región (Brasil, Colombia, Venezuela y Chile), como de derecha (Argentina y Perú) condenaron el asalto que culminó con la detención por la fuerza de Glas, requerido por la justicia de su país por cargos de corrupción y que se refugiaba en esa sede diplomática desde diciembre.

En un comunicado, la Organización de los Estados Americanos (OEA) calificó las acciones de Ecuador como “improcedentes” y expresó “solidaridad” con la delegación mexicana.

 

PRESO

El viernes pasado, tras la publicación de imágenes de policías sometiendo en el suelo al jefe de la delegación de México en Quito, el presidente Andrés Manuel López Obrador rompió relaciones diplomáticas con Ecuador. Nicaragua lo imitó el sábado.

Imágenes mostraron uniformados ecuatorianos armados frente a la embajada. Al menos uno de ellos escaló el enrejado que rodea el edificio para ingresar y detener a Glas, a quien México concedió asilo, tras haberlo refugiado durante meses.

La embajada mexicana en Quito permanecía rodeada por policías ayer y la bandera del país fue removida de su asta en el patio. El Gobierno de México anunció que su sede diplomática permanecerá cerrada “indefinidamente”, mientras varios países se ofrecieron a apoyar a los ciudadanos mexicanos en el país andino.

Glas, vicepresidente del socialista Rafael Correa entre 2013 y 2017, tiene una orden de prisión preventiva por un presunto peculado en obras públicas contratadas luego del devastador terremoto en la costa ecuatoriana en 2016.

El político izquierdista fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil conocida como “La Roca”, según fuentes gubernamentales.

El expresidente Correa, exiliado en Bélgica desde 2017 y condenado en ausencia a ocho años de prisión por corrupción, afirmó que Glas “tiene dificultades para caminar, porque fue golpeado”.