La Iglesia católica es pionera en la generación de inteligencia ciudadana desde los años 80 cuando, adelantándose al Gobierno, proveyó información del avance de organismos delictivos a los cuales llamamos cárteles. Su intervención puede ser muy significativa si escuchan a candidatas, candidatos y se mantiene su disposición agradecible de compartir inquietudes, hacer propuestas y sugerir soluciones.

Los actores sociales con legitimidad y capacidad de convocar a la paz están llamados a integrarse a la generación de estrategias de seguridad pública y nacional con atención a las particularidades estatales.

La propuesta de la Iglesia católica y asociaciones laicas a los candidatos presidenciales —Claudia Sheinbaum Pardo, Xóchitl Gálvez Ruiz y Jorge Álvarez Máynez— para dialogar sobre una Agenda Nacional de Paz va a requerir atención y seguimiento comprometido de una ciudadanía a la expectativa de resultados acelerados y contundentes en materia de seguridad.

Hay coincidencias entre la clase política y la Iglesia mayoritaria. Muy pocas estrategias resultan ilustrativas del tipo de programas a seguir tanto como las emprendidas en la capital nacional: Reconecta con la paz, para expersonas privadas de la libertad; Barrio Adentro, para la identificación preventiva en polígonos de mayor riesgo o el programa Sí al Desarme, Sí a la Paz, donde la integración de la Iglesia contribuye al acercamiento y confianza ciudadana.

Cada espacio y realidad necesita atención diferenciada, “nuevos tejidos y pactos institucionales y sociales para incorporar nuevas realidades que se viven en los territorios”, dijo el vocero y secretario general de la Conferencia del Episcopado, Monseñor Ramón Castro Castro, al presentar la convocatoria a candidatos, de acuerdo con la nota publicada ayer en 24 HORAS sobre la oportunidad de escuchar a la jerarquía católica.

La atención a la seguridad es tan electoral como trascendente; es ciudadana como es institucional; es empresarial como de la sociedad civil; nada más católico como la universalidad del tema a propósito del sentido de la palabra definitoria de la mayoría eclesial de nuestro país. Desde ahí y desde el laicismo de las audiencias atentas es evidente: las estadísticas son reveladoras de avances en el combate a la delincuencia y falta por hacer para terminar con índices de homicidio doloso en algunas regiones del país ubicadas como focos rojos.

Sheinbaum presentó anteayer un modelo semejante al implementado en la Ciudad de México, donde los delitos de alto impacto disminuyeron más de la mitad en cinco años y se mantiene una tendencia a la baja durante la gestión de Martí Batres Guadarrama. Junto a ella, Omar García Harfuch y Ernestina Godoy, corresponsables del éxito modelable de la CDMX.

En la antigua Roma, al ingresar al Ejército los soldados realizaban el Sacramentum, un juramento de lealtad al emperador, al Senado y al pueblo para garantizar su seguridad. Esa lealtad es ahora con la ciudadanía.

 

        @guerrerochipres