El equipo de Xóchitl Gálvez está de luto.

Murió Carlos Urzúa, secretario de Finanzas de Andrés Manuel López Obrador en el Gobierno del Distrito Federal y primer titular suyo en Hacienda.

Más allá de las especulaciones sobre su deceso -oficialmente cayó en las escaleras de su casa y murió al instante bañado en sangre-, su presencia era muy importante en varios aspectos.

Uno de ellos:

Era un crítico tenaz de las políticas del Gobierno federal y tenía información precisa sobre presuntos fraudes en programas sociales, entre ellos 500 mil falsos beneficiarios adultos mayores.

Otro:

Como parte del equipo económico del proyecto opositor, aportaba elementos para desentrañar las fallas en las finanzas públicas, los desvíos de recursos y favoritismos fiscales y en obra pública.

Era junto con otros cuadros conocidos -los también exsecretarios Arturo Herrera, sucesor de Urzúa en el lopezobradorismo; José Antonio Meade, José Ángel Gurría– hombre clave para las propuestas en ciernes.

DETECTABA DESVÍOS

En cuanto se dio la noticia surgieron las especulaciones.

-Ha muerto Carlos Urzúa. Es la única información -dijo ayer después de la comida un colaborador cercano a Xóchitl Gálvez.

-Qué bueno que me avisas. Yo voy a quitar las escaleras de mi casa -ironizó otro exsecretario de Hacienda.

Suena a humor, pero el impacto fue brutal.

Apenas están en formación los equipos sectoriales en la alianza Fuerza y Corazón por México y lo económico es importante no nada más porque se trata de ingresos y egresos, sino de muchos efectos colaterales.

El esquema de trabajo tiene varias vértebras.

La primera es dar solidez al recurso público sin desviarlo hacia caprichos presidenciales -Tren Maya, AIFA, Refinería de Dos Bocas- y sí un plan amplio consensuado con la población.

Eso permitiría, es la intención, mantener los programas sociales y darles piso de larga duración con captación fiscal e ingresos extraordinarios sin poner en riesgo la administración pública.

Ahora los sobrevivientes del equipo económico –José Ángel Gurría, José Antonio Meade, Arturo Herrera y la inminente incorporación de Ernesto Cordero– deberán dar continuidad a este plan sin datos claves.

HITLER Y MUSSOLINI

1.- ¡Ah caray!

Nadie había comparado a Andrés Manuel López Obrador con el alemán Adolfo Hitler y al italiano Benito Mussolini como ayer lo hizo Lorenzo Córdova.

El expresidente del Instituto Nacional Electoral compara la democracia invocada por el Presidente con la reclamada también por aquellos personajes de la Segunda Guerra Mundial.

En lo demás tiene razón: Córdova presidió al INE cuando se dio registro a Morena, avaló los triunfos de sus candidatos y calificó el triunfo del de Tepetitán.

Era el Instituto dedicado a validar todas las acciones morenistas, al cual hoy desde Palacio Nacional se acusa de dedicarse a promover los fraudes y por eso se les pretende desaparecer o estrangular.

Y 2.- No todo es duelo en el campamento de Xóchitl Gálvez.

Ayer mismo se dieron pasos para integrar un cuadro de abogados para vigilar el proceso electoral, las votaciones del 2 de junio y defender los resultados de las votaciones.

Por ahí aparecen Diego Fernández de Cevallos, Santiago Creel, Fernando Antonio Lozano Gracia y otros abogados con experiencia en este campo.

 

    @urenajose1

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