De la noche a la mañana, los trabajadores nos hemos convertido en el pretexto favorito de políticos y legisladores para meterle mano a cuanta ley les plazca e incluso algunos vivales han trastocado con sus arrebatos hasta la Constitución.

De 2019 a 2023, la legislación laboral ha tenido mínimo 11 reformas legales, no todas necesarias, no todas justas y mucho menos exitosas. La aprobación de tanta reforma no ha significado más que el desconocimiento, el desapego y la falta de empatía del legislativo con la clase trabajadora.

Aprobaron de todo, sin un mínimo análisis y, en algunos casos  como el tope de las utilidades, no consultaron a los verdaderos trabajadores, los portavoces de la aprobación fueron representantes obreros con línea, que lo único que buscaron fue quedar bien parados con la actual administración.

Para los que ni siquiera lo imaginan, el llegar a un acuerdo durante una revisión salarial o contractual puede llevar, incluso, meses de intensa negociación, cada punto y coma se analiza a fondo, pero para los diputados y senadores de la actual legislatura el moverle a la ley que impacta a 22 millones de mexicanos fue pan comido demostrando inexperiencia e irresponsabilidad.

Acabaron con la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje bajo el pretexto de ser lenta e ineficiente y crearon los Centros de Conciliación y Tribunales federales y estatales, dijeron se trataría de un nuevo sistema de justicia y sí lo hicieron, hoy lo que gobierna en estos, es el libertinaje, la corrupción y los criterios de los jueces, en muchos casos inexpertos. Un desastre total, por si fuera poco, siguen siendo lentas e ineficaces.

Con la creación del llamado nuevo sistema, los trabajadores y organizaciones sindicales estamos peor, quedamos a nuestra suerte y dependemos de si nos toca un juez justo, corrupto, si están de buen humor o no o si están capacitados.

Aprobaron las vacaciones dignas, por cierto, impulsada por Napoleón Gómez Urrutia, quien huyó del país por robarle 55 millones de dólares a los mineros de su propio sindicato, desde ahí todos tenían la obligación de sospechar que algo estaba mal.

Como es costumbre, Napillo ocultó la verdad a los trabajadores, no les dijo que esta reforma disminuiría sus ingresos, que los días que se ampliaron las vacaciones no recibirán horas extras, ni bonos, ni ningún otro incentivo, únicamente el salario base que en muchos casos es muy bajo, dejando a los trabajadores sin la oportunidad de tener verdaderas vacaciones y privando a las familias de estas.

El mismo Napillo que nunca ha sido trabajador y que sólo ha sacado provecho de los mineros, usó su curul como senador, no únicamente para no enfrentar a la justicia, sino que lucra con ella hasta donde ha querido; ejemplo vivo fue el tope a las utilidades, violando la Constitución sacrificó a miles de trabajadores bajando de tajo sus ingresos a cambio de un jugoso negocio que esconde esta reforma para los representantes obreros corruptos.

Y así han utilizado a la clase obrera, no han sido honestos, no han explicado la repercusión de tanta reforma, quizá porque a lo mejor ni ellos mismos lo saben, lo que es un hecho es que no ha existido un beneficio real en tanto cambio a las leyes

Y así seguirán legislando entre cínicos e improvisados cuanta ocurrencia tengan a nombre de los mexicanos que pagan sus altos salarios y que sí trabajan comprometidamente para sacar adelante este país.

 

@CarlosPavonC