Las mentiras, engaños y la falta de transparencia son el convenio perfecto entre algunos empresarios y líderes sindicales; cuando  llegan a un arreglo son capaces de traicionar a su propia madre, dirían por ahí. El reparto de utilidades es el negocio favorito de cínicos y corruptos.

Esta tranza representa pérdidas millonarias para los trabajadores y para la Secretaría de Hacienda. Es un fraude de empresas sin escrúpulos y de aquellos ladrones que se hacen llamar líderes sindicales, mientras que los obreros quedan en la indefensión.

Los trabajadores tenemos derecho, cada año, a recibir utilidades, siempre y cuando la compañía haya registrado ganancias ante la Secretaría de Hacienda, es decir, que haya dinero a repartir. Es aquí donde los sinvergüenzas entran en acción, los empresarios falsean información fiscal, disminuyen las ganancias al mínimo y los representantes de los obreros se hacen de la vista gorda a cambio de cifras millonarias.

En concreto, las firmas timan al Gobierno, a los trabajadores y dan su moche al líder sindical, mientras que éste, toma el dinero, calla y, valiéndole sus afiliados, acepta que reciban un mínimo porcentaje de las utilidades. Las empresas también se ahorran mucho dinero en impuestos al reportar menos producción.

El sindicato juega un papel importante en la defensa de los trabajadores o bien, puede ser el peor enemigo vendiéndose al mejor postor, como cuando ciertos líderes sindicales engañaron a sus empleados al hacer campaña y aprobar la disminución de las utilidades, mientras les decían que sería un beneficio, pero no, la realidad es que aseguraban el negociazo con los empresarios.

No nos hagamos tontos, el que le quiera entrar, le va a entrar, aquí no caben los engaños a las dirigencias, ni la indefensión ante un abuso patronal, la ley nos faculta en la fracción IX del artículo 123 de la Constitución, junto con el artículo 125 de la Ley Federal del Trabajo para inconformarnos por los resultados fiscales que presenten las empresas.

El Sindicato Nacional Minero Metalúrgico Frente, el cual encabezo, es de las pocas organizaciones que usa este recurso y somos testigos de que Hacienda realiza las revisiones pertinentes, ya que, si hay declaraciones erróneas, la empresa entrega la cantidad real a los trabajadores y también debe ajustar el pago de impuestos.

La revisión es tan efectiva que a la Minera Tayahua, de Carlos Slim, ubicada en Mazapil, Zacatecas, Hacienda le encontró cuatro inconsistencias en sus declaraciones fiscales con afectaciones millonarias a los trabajadores.

La revisión que desató el enojo del empresario, fue solicitada por nuestro Sindicato FRENTE a cambio, la empresa violó la libertad sindical y nos quitó la titularidad del contrato colectivo de trabajo y se la dio a Napoleón Gómez Urrutia, quien a la fecha no ha reclamado ese dinero para los obreros, ya que siguen negociando no pagarlo o dar una menor cantidad. También despidieron sin justificación al Comité local que teníamos.

Una vez más Napillo se enriquece sin importarle sacrificar a los trabajadores y sus familias. También estipularon decir que nunca solicité la revisión por las utilidades para evitar que Hacienda eche ojo a los números reales de esa empresa.

Son verdaderos estafadores, el botín se reparte entre dos, mientras que a los empleados les toca la pura morralla. ¿Qué es mentira? Fácil, pregúntenle a Napillo y a los otros líderes sindicales cuántas inconformidades ante Hacienda han promovido y ahí me cuentan.

 

      @CarlosPavonC