Especial Para la mexicana Vanessa Sánchez, otro objetivo personal, va de la mano de mejorar en su capacidad de controlar sus emociones en competencia  

Con un reto similar de encontrar la manera de auto patrocinar sus carreras, por los constantes esfuerzos económicos que realizan para mantenerse a un nivel óptimo, los seleccionados mexicanos de kickboxing, Vanessa Sánchez y Héctor Solorio, apuntan a un 2024 en busca de crecer a nivel personal en una disciplina que, así como ellos, ha crecido de manera exponencial en los últimos años.

Al tener la posibilidad de competir en torneos locales de manera semanal, y a veces de forma grauita en la inscripción, o con varios certámenes al año en el extranjero, el kickboxing le ha dejado a ambos representantes la necesidad de tener mayores apoyos para financiar sus carreras, como el obstáculo más complejo a superar en el deporte de alto rendimiento. 

 

Sus gastos por eventos en Zona Metropolitana y Ciudad de México oscilan en los 700 pesos por competencia, mientras que por viajes a Europa, el promedio de gasto va desde los 30 hasta los 50 mil pesos.

Recientemente acreedor a la medalla de bronce en el Campeonato Mundial realizado en Portugal, Héctor Solorio admite que en Europa es donde actualmente se practica el mejor nivel de la disciplina. “Creo que esa es nuestra principal barrera, ya que las mejores competencias están allá y considero que tan solo los gastos han impedido que muchos peleadores talentosos lleguen a otro nivel”.

Tras compartir historias similares, de haber ingresado a este deporte de contacto a través del karate y ya con 20 años involucrados en la materia, ambos peleadores que incluso compiten la especialidad de “point fighting”, señalan que lo importante es seguir desarrollándose en la disciplina en los mejores escenarios posibles.

En ambos casos, los seleccionados aseguran que la llegada a México de WAKO, como Organización Mundial de Asociaciones de Kickboxing, ha servido al crecimiento de la disciplina, que va desde el equipo de trabajo, la capacitación de los entrenadores y hasta el involucramiento de entidades públicas como la Conade. “A partir de que WAKO entra en el país, se ha evolucionado demasiado, porque hoy ya prácticamente en todos los Estados se practica y ya en cualquier lugar puedes encontrar las disciplinas del kickboxing”, aseguró Héctor.

Se hace mucho hincapié en que hace diez años se había ido a un mundial y se regresó sin medallas y el año pasado se vio una evolución, no solo en el resultado, sino en la forma de pelear de los mexicanos. Estamos tratando de pelear igual que los europeos para incluso ganarles e igual a los norteamericanos”, destacó Vanessa Sánchez.

Rankeados en la quinta y séptima posición a nivel mundial, dentro de las categorías -94 y -70 kilogramos, los mexicanos apuntan a el campeonato panamericano de este año, aún con fecha por definir, como el evento estelar que tendrán con un objetivo de sumar puntos en sus clasificaciones para aún soñar con los World Games, como evento estelar de la disciplina y que se efectuará en 2025

Para la mexicana Vanessa Sánchez, otro objetivo personal, va de la mano de mejorar en su capacidad de controlar sus emociones en competencia. “Más que nada debo aprender a concentrarme. El aprendizaje más importante que he sacado de los dos campeonatos a los que he ido, es que sí se puede competir a ese nivel”.

En el caso de Solorio, luego de sufrir su primera lesión de gravedad, con una rotura de ligamento cruzado anterior en una rodilla, el mexicano aspira a una recuperación que le permita estar en el Panamericano que tiene como fecha tentativa el mes de noviembre.