El atentado en Kerman, a ochocientos kilómetros de Teherán, representa un escalón más en el conflicto que existe en la región.

Se trata del mayor atentado que sufre Irán en los últimos años. Casi cien personas murieron por la explosión de unos coches bomba. Pero además lo hicieron un día especialmente significativo, se cumplían años del asesinato del general Qasem Soleimani a manos de Estados Unidos.

Soleimani no era cualquier militar iraní, representaba un símbolo del régimen de los ayatolás con toda una brillante biografía. Estaba considerado un héroe en la guerra entre Irak e Irán en los años ochenta y era el brazo derecho de Alí Jamenei, el líder supremo de Irán. Para los iraníes hablar de Soleimani era hablar casi de un mito; y Estados Unidos mató al mito, algo que generó un enorme rencor y muchas ansias de venganza. Para rizar el rizo, acabaron con una persona sumamente importante y no hace más que avivar la flama de la guerra.

No ha tardado Irán en culpar a Israel. Esa respuesta sólo añade más problemas a la región que mantienen en vilo al resto del planeta.

Israel no deja de golpear a los palestinos en Gaza, ya van más de veinte mil muertos en un suma y sigue que no termina y que se enreda en una espiral de violencia que no tiene fin. Sus enemigos siguen creciendo en el resentimiento, y cada vez son más, empezando por el propio Irán, que por cierto tienen cada vez más papeleteas de ser quien ha estado sufragando el terrorismo de Hamás en Gaza y Cisjordania.

Este 20214 empieza con mucha batalla sin visos de resolverse. Veremos cómo termina.

 

    @pelaez_alberto