AFP RESTOS. Un funcionario observaba ayer el avión de la Guardia Costera de Japón en la pista del aeropuerto internacional de Haneda en Tokio, después de que un avión de Japan Airlines (JAL) chocara en tierra con él.  

De acuerdo con los primeros reportes de la investigación, los pilotos del avión de Japan Airlines (JAL), con 379 personas a bordo, no vieron el otro vehículo con el cual chocaron en el aeropuerto Haneda de Tokio, mientras que la aeronave de la Guardia Costera fue instruida a dirigirse a otro sector de la pista, orden que no acató.

Los tres pilotos tampoco pudieron ver inicialmente el fuego desde la cabina de mando y sólo se enteraron del incendio cuando los asistentes de vuelo les informaron, dijo un portavoz de JAL.

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El avión de la Japan Airlines se incendió, pero las 379 personas a bordo fueron evacuadas y salvaron la vida de milagro. En cambio, los seis ocupantes del otro avión murieron casi en el acto en el momento de la colisión.

Tras el choque, antes de frenar, una bola de fuego se propagó por el avión de pasajeros, de acuerdo con imágenes divulgadas por los pasajeros.

Los pilotos dijeron que no tuvieron “contacto visual” con el otro avión, aunque uno de ellos observó “un objeto” justo antes de hacer impacto, según JAL.

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“Después de que el avión aterrizó y alrededor del momento en que el tren de aterrizaje delantero tocó tierra, durante esos segundos dicen que sintieron un impacto”, agregó el portavoz.

El jefe de los nueve asistentes de vuelo reportó el fuego a la cabina de mando y pidió permiso para abrir las salidas de emergencia, reportó NHK.

Para entonces, la nave estaba llena de humo, con bebés llorando y los pasajeros rogaban por que abrieran las puertas.

En un video se escucha una voz joven que implora: “Por favor déjenos salir. Por favor. Abran, por Dios”.

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Había ocho salidas de emergencia, pero la evacuación comenzó en dos toboganes al frente de la nave debido al incendio.

JAL indicó que sólo había una salida adicional, en la parte trasera izquierda, que estaba a salvo del fuego, pero la comunicación interna no funcionaba, por lo que los pilotos no podían autorizar su uso.

Los asistentes consideraron urgente desembarcar a los pasajeros por la puerta trasera, así que la abrieron sin permiso, como fueron entrenados.

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El avión tardó alrededor de 15 minutos para evacuar a todos los pasajeros, con el piloto como el último en salir. Poco después, se convirtió en un infierno y decenas de camiones de bomberos intentaron apagarlo, lo que tardó ocho horas.

“Honestamente pensé que no sobreviviría. Le escribí a mi familia y amigos para decirles que mi avión estaba en llamas”, contó una pasajera a NHK.

Al final solo dos pasajeros sufrieron lesiones como moretones y extremidades torcidas, indicó JAL.

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Investigadores de Japón, Francia, Reino Unido y Canadá analizaron el accidente, con los restos calcinados de ambos aviones aún tendidos en una de las pistas de Haneda.

Las grabadores de vuelo y voz del avión de la Guardia Costera fueron recuperados, así como la grabadora de vuelo del avión de pasajeros.

Transcripciones de las comunicaciones de los controladores aéreos revelaron que la torre de control aprobó el aterrizaje del vuelo de JAL.