Sin soslayar el tema de la inseguridad interna y la violencia criminal, en el ambiente político mexicano se está marginando un tema igualmente importante que afecta la estabilidad social: el incremento de la migración a Estados Unidos que pasa por México y el ambiente de racismo que priva en las altas autoridades americanas, sean demócratas o republicanas.

Los gobiernos estadounidenses de Bush Jr., Obama, Trump y Biden se comprometieron en campañas electorales a reformas migratorias de fondo, pero a la vuelta de casi un cuarto de siglo la situación es más grave no sólo por el incremento de los flujos migratorios sobre todo desde la pandemia, sino porque la estructura administrativa de EU ha sido rebasada y las olas de migrantes sin control se están desparramando por todo el territorio americano.

Drogas y migración han profundizado las conductas imperiales de Estados Unidos hacia México, sin que ningún Gobierno mexicano -desde Salinas a López Obrador- haya diseñado una estrategia coherente de defensa primero de los derechos de mexicanos en el exterior y después de quienes tienen necesidad de cruzar la frontera legal o ilegalmente en busca del mítico sueño americano que al final sólo se reduce a empleos mal pagados y a crecientes conductas racistas de los estadounidenses.

El tema ya se agravó por el radicalismo agresivo y racista de los republicanos que buscan la presidencia de EU con discursos de persecución, encarcelamiento y deportaciones masivas, en tanto que los demócratas están pasmados, carecen de iniciativa y ya están perdiendo el apoyo electoral de las comunidades hispanas que tienen derecho al voto.

El problema para México se agudiza por las decenas de miles de migrantes que vienen del extranjero y atraviesan el territorio mexicano rumbo a EU, pero se están quedando sin regularización en diversas entidades de la República y sobre todo en los estados fronterizos.

Y lo peor es que la campaña presidencial en México ha cerrado los ojos ante la crisis migratoria.

 

Zona Zero

  • El tema de la creciente inseguridad en México está siendo analizado con intensidad en los espacios periodísticos, pero es la hora en que las dos candidatas presidenciales perfiladas no parecen decididas a entrar de lleno a la presentación de alternativas a las políticas actuales de seguridad que no han disminuido las cifras ni recuperado territorios y se la pasan justificando interpretaciones estadísticas.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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