En la actualidad, Asia se encuentra atrapada en un dilema demográfico que amenaza con alterar las promesas de desarrollo. En ese marco, la última edición de The Economist arrojó luz sobre esta preocupación en “Poor Asian countries face an ageing crisis”, un título que resume de manera concisa esta problemática.

De acuerdo con este, naciones como Tailandia, Vietnam y Sri Lanka están experimentando un inusual envejecimiento de su población antes de alcanzar la prosperidad económica. Para ilustrar la magnitud de esta transición, consideremos el caso de Tailandia, un país que entre 2002 y 2021 duplicó la proporción de la población de 65 años o más, llegando al 14%.

Cabe señalar que Tailandia envejeció antes de volverse rica, con un PIB per cápita de 7 mil dólares en 2021, en contraste con Japón, que tenía un ingreso per cápita casi cinco veces mayor en 1994 en una etapa comparable de envejecimiento.

Sin embargo, Tailandia no es la única en esta tendencia. En conjunto, se espera que Asia albergue el 70% del aumento de personas mayores en países en desarrollo para 2050. La velocidad de esta transición refleja un desarrollo, con la industrialización y cambios en las normas sociales que reducen la tasa de fertilidad, al tiempo que la tecnología y la atención médica prolongan la esperanza de vida.

Este fenómeno plantea desafíos económicos, especialmente en el ámbito laboral, ya que a medida que la población envejece, las fuerzas laborales se reducen. Además, existen importantes costos sociales, como la pobreza entre los jubilados en naciones más pobres debido a la irregular cobertura de pensiones estatales. Según la OIT, en el sur y sudeste asiático, menos del 40% de la población anciana recibe una pensión, y en algunos países como Camboya y Pakistán, la proporción es inferior al 10%.

La atención médica es otra preocupación relevante, ya que los sistemas de salud en países en desarrollo están sobrecargados. Además, como se menciona en el artículo, la tradicional responsabilidad de las familias de cuidar a los ancianos, respaldada por la ley en algunos países, se debilita con la rápida urbanización.

Cabe mencionar que las mujeres se ven especialmente afectadas debido a su mayor esperanza de vida, menor educación, menores ingresos y ahorros. Por lo que para complicar aún más la situación, la mala gobernanza en estos países obstaculiza una respuesta efectiva a este desafío demográfico; pues a pesar de que algunas naciones han comenzado a tomar medidas, ninguna parece haber comprendido completamente la magnitud del problema ni la necesidad de tomar acciones decisivas.

Este dilema demográfico plantea preguntas cruciales sobre cómo Asia y el mundo abordarán los desafíos que surgen de la intersección entre el envejecimiento de la población, el desarrollo económico y la atención a los ancianos. Resolver esta cuestión no sólo requiere una combinación de políticas inteligentes, sino también un enfoque coordinado a largo plazo para garantizar que la prosperidad económica no se vea socavada en un futuro.

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

 

Consultor y profesor universitario

Twitter: Petaco10marina

Facebook: Petaco Diez Marina

Instagram: Petaco10marina