Esto nunca ocurrió. Si usted es curioso continué la lectura. Advertido queda. Lo que sigue es falso.

Ya sabe usted. Si no se pueden construir victorias se inventan historias, versiones, ánimos malévolos. O realmente existen el mal y el bien.

Hubo una reunión privada en las Lomas de Chapultepec a mediados de junio del 2022, seguida de un salpicadero de encuentros en la diversidad de espacios que tienen las mil 800 colonias de la CDMX. En ellos, algún integrante del gabinete del presidente de Andrés Manuel López Obrador, exmanceristas, perredistas ahora morenistas, priistas de nueva generación aún no incorporados a Morena, exfuncionarios de poder y dinero o directivos de medios decidieron que había que “bajar” a como diera lugar a Clara Brugada Molina de la probabilidad de gobernar la capital nacional y dar un paso adelante hacia 2030.

Se avizoraba el proceso preelectoral y las capacidades chapulinescas de la totalidad de los presentes.

De otra manera, valoraban, el espacio de poder accesible a las y los promoventes sería muy reducido en 2024. Brugada era descrita como una mujer a prueba de arreglos y cochupos. Inmanejable. Por eso había que difundir “sectaria”, “dura” “radical” en columnas, en el trabajo de las agencias, en las reuniones privadas.

En contraste, al tener éxito con una buena candidatura presentada como útil y convincente a quienes tuvieran poder o mando, uno o los dos, permitiría dos esferas de poder: cerca de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y de quien pudiera ocupar el lugar en la capital nacional.

El obstáculo era o es, les parecía, la más obradorista, eficiente, honesta, aguerrida y destacada de las fundadoras de Morena, con la excepción de la propia Sheinbaum.

El problema era el potencial popular de Brugada.

Comenzaron a cerrarle espacios. “No se puede negociar con ella, es arrogante, no comprende el futuro del país”. Un poco como lo habían difundido contra la propia Sheinbaum algunos de ellos mismos, los enemigos de la esencia del proyecto transformador. Griterío en las reuniones privadas y la politiquería odiosa señalada por AMLO en todos lados, ante integrantes del gabinete presidencial, en el gabinete ahora encabezado por Martí Batres Guadarrama.

El plan era anticiparse a condiciones de abrumadora distancia ética y capacidad de movilización para evitar el éxito de Brugada si se atrevía a lanzarse a pesar de un contexto donde predominaría una atmósfera de un ganador inexcusable.

Por supuesto una historia falsa como esta tiene cabida en la narrativa de quienes insisten en desatender lo esencial del momento mexicano capitalino: ¿quién puede y debe encarnar el movimiento representado por Morena y al mismo tiempo procurar una considerable mayoría de votos?

Esta nunca existente conspiración tenía como salida una candidatura proveniente de la popularidad mercadológica pero no del compromiso social en ejercicio de gobierno.

Todo esto jamás ha ocurri

do. Es fake.