Sin duda, Yucatán ha sabido identificar una oportunidad dorada para impulsar su economía a través del turismo astronómico. El próximo 14 de octubre, el cielo yucateco se vestirá con un espectáculo cósmico que no se repite con frecuencia: el Eclipse Solar Anular.

 

Este fenómeno, en el que la Luna se alinea entre el Sol y la Tierra, creando un majestuoso “anillo de fuego”, es un evento que ocurre casi cada 30 años. Sin embargo, más allá de la maravilla astronómica, representa una oportunidad de derrama turística.

 

Por ello, en tierras yucatecas ya se preparan para el 14 de octubre el “Festival Eclipse Anular Solar” con una serie de actividades destinadas a aprovechar los flujos turísticos de ese día.

 

De acuerdo con la NASA, el eclipse comenzará como “eclipse parcial” desde las 9:45 de la mañana y finalizará a las 13:08 horas. La fase de “eclipse anular” iniciará a las 11:22 de la mañana, alcanzando su punto máximo a las 11:24 y finalizando a las 11:26 am.

 

La duración del eclipse anular será de aproximadamente cuatro minutos con 15 segundos, y se prevé que oscurezca un 90 por ciento. Estos datos, más allá de su precisión científica, nos hablan de un evento que será breve, pero intensamente espectacular.

 

Me alegra que en Yucatán se hayan activado y vayan con todo. Para enriquecer aún más esta experiencia, contarán con espacios de observación equipados con telescopios con filtros solares, además de lentes especiales para ver el eclipse.

 

Estos instrumentos acercarán a los turistas a la observación del Sol de forma segura como nunca antes. Pero no solo se trata de observar; habrá talleres y ponencias donde especialistas compartirán sus conocimientos y su pasión por el cielo.

 

Los asistentes aprenderán sobre el funcionamiento del sistema Sol-Tierra-Luna, ya que los eclipses son los únicos eventos que nos permiten apreciar de manera evidente que el universo está en movimiento.

 

El festival va más allá de la astronomía y la ciencia; es un homenaje a la profunda tradición cultural de Yucatán, con el talento de las cocineras tradicionales y la exquisitez de las artesanías regionales.

 

Cada población ha diseñado actividades únicas para la ocasión. En Maxcanú, reconocido por su producción de jícamas, los visitantes podrán conocer todo sobre este delicioso tubérculo y degustar la tradicional champola.

 

Tekax, recientemente nombrado Pueblo Mágico, ofrecerá recorridos en cuatrimotos por zonas arqueológicas y edificios coloniales. Mientras que en Sisal, los turistas podrán pasear en lancha por los manglares y observar la colonia de flamencos rosados.

 

Izamal, la “ciudad amarilla”, invitará a los visitantes a sumergirse en su rica historia y cultura. Y Mérida, la capital del estado, abrirá las puertas de sus icónicas cantinas para deleitar a los turistas con la auténtica botana yucateca.

 

Detrás de esta iniciativa se encuentra la SEFOTUR Yucatán, a cargo de Michelle Fridman, quienes en esta ocasión han capitalizado de forma inteligente este fenómeno astronómico como una oportunidad con este Festival Eclipse Anular Solar.

 

Me gusta porque este festival no solo beneficiará a los grandes empresarios turísticos, sino a toda la cadena de valor: desde el agricultor en Maxcanú que cultiva jícamas hasta el cantinero en Mérida que sirve la tradicional botana yucateca.

 

Es una acción que, sin duda, repercutirá positivamente en la economía local, generando derrama económica.

 

El “Festival del Eclipse Anular de Sol” es una muestra clara de cómo Yucatán está aprovechando sus recursos naturales y culturales, y sobre todo, la gran y ancestral sabiduría astronómica de los mayas para impulsar hoy su desarrollo.