Si el propósito de Morena era tener una precampaña inútil y un proceso de elección totalmente opaco, habrá que felicitarlos: lo han conseguido de forma impecable. Hoy, nadie entiende cómo validará el triunfo de la corcholata ganadora. Conflicto a la vista.

Marcelo ha sido el único que le ha puesto algo de “interés” a esta campaña de bostezos, intentando proponer algún debate con Claudia; lo más que ha conseguido es un intercambio de recaditos vía Twitter que no llegan a nada.

Claudia resulta difícil de definir. Se dice una mujer independiente y ha dependido toda su vida de un hombre: AMLO. Se dice una mujer de ideales y no se le conocen ni ideas ni principios. Se define como una mujer de resultados y la Ciudad de México es un desastre. Habla de valores y tiene 27 muertos de la Línea 12 del metro sobre su conciencia. #¿EstoEsClaudia?

¿Comentarios de las otras cuatro corcholatas? Nada que valga la pena leer o escribir. Son un cuarteto de bultos sospechosos.

Donde la situación es un auténtico manicomio -para no variar- es del lado de Mario Delgado, la organización de la elección del candidato morenista, además de ser innecesaria -AMLO ya definió su voto- va a profundizar la división en Morena. Por lo menos.

Sin duda, lo del sorteo de las casas encuestadoras sólo pudo ocurrírsele a don Mario; primero la rifa y después se evaluará si los ganadores están o no cualificados. Es decir, que el conocimiento técnico indispensable requerido para un tema que, nos guste o no, tiene una gran importancia política, se relega a un lugar secundario. Así se explica la política educativa del régimen.

Pero ahí no para la cosa; resulta que las cuatro firmas que ganaron son en realidad sólo música de acompañamiento, Morena, es decir AMLO, hace la encuesta y las cuatro empresas harán, cada una, una “encuesta espejo”.

Como verá, el nivel de desconfianza entre todas las corcholatas es tal, que se requieren ¡cinco encuestas! De verdad don Mario, ¿tiene usted la menor idea de lo que está haciendo? Lo dudo.

Como todo lo que puede empeorar, empeora, resulta que Morena tiene un Comité de Encuestas (seguro lo preside Marx Arriaga) que aún no tiene definido ni el cuestionario ni la ponderación que se le dará a cada pregunta, pero como además son supercreativos, cada una tendrá un cupón dónde el entrevistado vota por su corcholata favorita y la coloca en una urna ambulante (no es broma), y claro, ya hay más de un malpensado que cree que esto es una cumbre de ignorantes y tramposos.

Para finalizar, Morena tampoco ha definido la muestra para el levantamiento de este ejercicio y entonces uno se pregunta, ¿cómo diablos presentaron sus propuestas las encuestadoras si Morena y su Comité de sabios no tiene nada de nada definido? ¿Cómo hicieron sus presupuestos y su oferta económica? ¿Cómo pudieron presentar una propuesta logística si su cliente no les ha dado ninguna información? La única conclusión posible es: las encuestadoras tampoco entienden que no entienden.

Ahora, supongamos por un momento que la encuestadora de Marcelo, dice no estar de acuerdo con el resultado que presente Morena y su Comité de descerebrados, ¿qué pasaría? Nada. La decisión ya está tomada y pase lo que pase, AMLO hará lo que le dé la gana.

Los procesos internos tanto en Morena como en el Frente Amplio por México (FAM) no son mérito de los partidos políticos, es producto del hartazgo social que exige un cambio total en la conducción política del país. Ante la sordera e insensibilidad del Presidente, los electores se impondrán en 2024, con o sin AMLO. El ganador será México, si usted participa.

    @Pancho_Graue

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