Foto: Quadratin / Verónica Villaseñor, madre de Jessica, lamentó que los derechos de un criminal estén por encima de los de ella  

Pese a que Diego Urik Mañón Melgoza fue sentenciado a 50 años de cárcel por el feminicidio de Jessica González Villaseñor, cometido en 2020, para la familia de la víctima el proceso continúa, pues ahora tiene que vérselas con los amparos y recursos de apelación que promueve el imputado.

“¿Hasta cuándo va a llegar la justicia para este asesino?”, cuestionó la madre de Jessica, Verónica Villaseñor, al magistrado Gilberto Alejandro Bribiesca, quien este miércoles otorgó 45 días más para que la defensa del hombre justifique los términos de su apelación en una nueva audiencia, cuya fecha no quedó determinada; mientras que la de ayer, fue pospuesta porque el sentenciado cambió de abogado.

Indignada, frustrada, con mirada triste la mamá de Jessica encaró al padre de Diego: “¡ojalá que nunca puedan estar tranquilos!”, pero el hombre, de rostro determinado, ni siquiera se inmutó.

“El Estado no nos ha garantizado el derecho a la justicia, no hay un fin; él puede estar metiendo todos los amparos que se le antojen porque tiene derechos; no les importa nuestro desgaste; este tipo tiene que pagar, es un asesino, él mató a mi hija, lamentablemente siempre se han puesto sus derechos por encima de los míos”, señaló la madre de Jessica.

Tras el asesinato de su hija, los familiares han tenido que lidiar con 31 audiencias judiciales, centenares de horas entre juzgados y prácticas dilatorias promovidas por la defensa del criminal que ya fue declarado culpable el pasado 15 de febrero y sentenciado a 50 años de cárcel.

LEG