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Foto: Especial / La World Press Photo está abierta al público desde hoy y hasta el 8 de octubre en el Museo Franz Mayer  

El mejor fotoperiodismo mundial volvió a México, al Museo Franz Mayer, donde año con año se expone la World Press Photography y en esta ocasión ofrecerá a los visitantes perspectivas críticas sobre la guerra, el cambio climático y la cultura global.

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“La audiencia que se da cita constantemente para esta muestra encuentra en la fotografía no sólo un aspecto estético sino que en ella ve una herramienta de comunicación y de esta manera podemos honrar también la vocación fotográfica de nuestro fundador y el recinto”, dijo en la conferencia de prensa la directora del museo, Giovana Jaspersen.

Además reconoció la importancia de este evento anual para comprender el presente de todo el mundo.

“Que no nos ocurra a nosotros no significa que no esté pasando en algún lugar del mundo y que no afecte a nadie, justo eso es lo que esta muestra nos enseña, la pluralidad y nos incita a ser una comunidad informada, consciente y sobre todo, empática con los otros. Muestra nuestro presente para imaginar nuestro futuro”, agregó.

En esta ocasión la World Press Photo rompe con lo habitual en diferentes sentidos, pues para iniciar no está contenida en ninguna sala del recinto, se encuentra a través de los pasillos de la planta baja y del primer piso e integra dos actividades para los visitantes.

Dividida por regiones, la primera es África y abre con El gran olvido, una fotografía tomada por la sudafricana, Lee-Ann Olwage en Ghana, en ella se denuncia que debido al aumento de la esperanza de vida en el continente, la demencia se ha convertido en un problema social y de salud pública, por lo que el pensamiento mágico de la región lleva a considerar a a las mujeres que sufren esta condición como “brujas”.

También de África se destacan tomas sobre la crisis de agua en Marruecos, la construcción de la Nueva Capital Administrativa de Egipto y la ganadora de Formato Abierto, Aquí las puertas no me conocen de Mohamed Mahdy, quien retrata cómo el aumento en el nivel del mar ha llevado al desalojo de viviendas en una comunidad de pescadores.

La región de Sudamérica presenta historias que van del derrame de petróleo en Perú, hasta la documentación de la modificación genética de alpacas con el fin de obtener mejor material de ellas con el cual desarrollar productos textiles.

El ucraniano, Evgeniy Maloletka fue quien este edición logró conseguir el premio máximo a Fotografía del año por Ataque aéreo al hospital materno de Mariupol y esta foto forma parte de una serie de capturas que en palabras de Martha Echeverría, curadora de la muestra “tienen carácter histórico”, pues entre las láminas expuestas destaca una en donde se ve a un tanque con una Z pintada, lo cual quitó las dudas al mundo sobre que Rusia ya estaba en suelo ucraniano con toda su artillería.

“El jurado hizo una excepción en esta ocasión porque normalmente la fotografía ganadora es enviada de manera individual pero el carácter documental y el contexto en que se tomaron estas imágenes cuando no podía entrar la prensa mundial, llevó a la decisión de que ganara la categoría”, aseguró Echeverría.

El danés Mads Nissen, por su parte, ganó el premio Historia del año por El precio de la paz. Serie realizada en Afganistán en donde luego de la toma del poder por parte de los talibanes, las cosas han cambiado para su población, pues luego del abandono de la comunidad internacional, la economía del país colapsó y la hambruna y desnutrición son la realidad de sus habitantes.

Anush Babajanyan, obtuvo el galardón en la categoría de Proyecto a Largo Plazo por la colección de imágenes Aguas revueltas, en ella se documenta una crisis de agua en Medio Oriente y la resiliencia de las personas que viven en esta región, que han estado lidiando con problemas de gestión del agua durante muchos años.

México no está ausente en la obra y es la que cierra el recorrido dentro del Franz Mayer con la serie Hermoso Veneno, la cual visibiliza la industria florícola y cómo esta afecta a quienes viven de ella.

“Yo en ningún momento estoy en contra de esta industria, creo que le da de comer a miles de personas trabajadoras y honestas que día con día se levantan para sacar adelante a su familia, más bien mi denuncia es contra las instituciones que deberían regula el uso de los agroquímicos y promover actividades de salud para prevenir enfermedades y atender las que ya están”, destacó el fotografo Christopher Rogel Blanquet.

En su muestra destacan las malformaciones y enfermedades que el uso de químicos ha hecho en los habitantes de la zona en donde esta industria se desarrolla.

La World Press Photo está abierta al público desde hoy y hasta el 8 de octubre en el Museo Franz Mayer.

LEG