Foto: Valeria Chaparro |
Foto: Valeria Chaparro | Decenas de personas participaron en la marcha que busca poner fin a la guerra contra los pueblos zapatistas.  

Integrantes de comunidades indígenas y activistas marcharon por Paseo de la Reforma para exigir el cese a ataques paramilitares en comunidades zapatistas de Chiapas, donde, denuncian, están al borde de una guerra civil.

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Este jueves, decenas de personas se dieron cita en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México para participar en la marcha que busca poner fin a la guerra contra los pueblos zapatistas.

Las consignas “¡Zapata vive, la lucha sigue!” y “¡Chiapas no es cuartel, fuera Ejército de él!” se dejaron escuchar, desde su partida, hasta su llegada al Zócalo capitalino, como parte de las acciones globales que se tienen planeadas para este mes en pro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

La movilización se suscitó debido a la denuncia de ataques por parte de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), declaró Norma Xocolatl, del Congreso Nacional Indígena.

“En los ataques se han incluido quema de escuelas y bodegas de café, balaceras, torturas, secuestros y heridos de gravedad con armas de fuego”, detalló Xocolatl.

La mujer añadió que estos grupos siguen atacando en total impunidad, “que se les garantiza en los tres niveles de gobierno”, y subrayó que la ORCAO recibe beneficios de esta administración, como el programa Sembrando Vida.

“Ya basta de guerra contra los pueblos zapatistas, (…) ya basta de desprecio, de despojos, de explotación, de odio, ya basta de tanta muerte y dolor, por eso desde esta geografía llamamos a los pueblos de México y el mundo a ver lo que sucede, los convocamos a detener la guerra”, denunció la mujer.

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Las cinco demandas del movimiento son: se garantice la salud y vida de Jorge López; se detenga el ataque armado contra las comunidades zapatistas y sea respetado su territorio autónomo; castigo a los autores materiales e intelectuales de estos ataques paramilitares; desmantelamiento de los grupos armados y la libertad de Manuel Gómez.

 

 

 

 

RM