En redes circula un video que muestra como el Ejército mexicano dispara contra presuntos delincuentes, una vez que ya habían sido capturados
Foto: AFP / El humo se levantó ayer a lo lejos en Jartum (abajo), mientras se movilizan tropas y siguen los disparos como parte de los enfrentamientos entre dos generales rivales del Ejército contra paramilitares  

Un alto el fuego de una semana acordado por el Ejército y los paramilitares que se disputan el poder en Sudán entró en vigor ayer por la noche, aunque los enfrentamientos no cesaron.

No era aún claro si esta tregua facilitará el paso de civiles y ayuda humanitaria y si se estaba aplicando en el terreno, porque los combates principalmente en Jartum y Darfur se reducen en las noches.

Y durante todo el día, la ONU registró “combates y movimientos de tropas”. Los mediadores estadounidenses y sauditas anunciaron el domingo que, tras dos semanas de negociaciones en Arabia Saudita, se logró una tregua de una semana a partir de este lunes a las 19:45 GMT.

Ambos bandos afirmaron que quieren respetar esta tregua, acogida favorablemente por la ONU, la Unión Africana y el bloque de África del Este IGAD. Sin embargo, decenas de treguas han sido violadas desde que comenzaron los combates hace cinco semanas.

Esta vez, aseguraron Riad y Washington, habrá “un mecanismo de vigilancia del alto el fuego” con representantes de los dos bandos y de Estados Unidos y Arabia Saudita.

Desde el 15 de abril, la guerra entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), lideradas por el general Mohamed Hamdan Daglo, ha dejado un millar de muertos en este país, uno de los más empobrecidos del mundo, y más de un millón de desplazados y refugiados.

SIN AGUA NI ELECTRICIDAD

Las infraestructuras pagaron un alto precio. Casi todos los hospitales de Jartum y Darfur ya no pueden operar, y los médicos denunciaron los bombardeos aéreos o de artillería a centros de salud.

La mayoría de los cinco millones de habitantes de la capital, encerrados en sus casas, no tienen agua ni electricidad, y los grupos humanitarios pidieron corredores para llevar víveres, medicamentos y combustible.

El domingo, el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, volvió a exigir que se garantice “el suministro seguro de ayuda humanitaria”, pues más de 25 de los 45 millones de sudaneses la necesitan. La ONU advirtió que otro millón de sudaneses podrían huir a países vecinos.

Antes de entrar en conflicto abierto, los generales Al Burhan y Daglo llevaron a cabo juntos un golpe de Estado para expulsar a los civiles del poder en octubre de 2021.

Burhan destituyó a Daglo de su puesto de adjunto en el Consejo de Soberanía, a quien reemplazó por Malik Agar, un antiguo rebelde, y también nombró a tres de sus apoyos más leales en el alto mando del Ejército.

Agar afirmó que desea “parar la guerra y sentarse a la mesa de negociaciones”, pero puso como condición que las FAR sean integradas en el Ejército regular.

CON INFORMACIÓN DE AFP

 

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