Queremos trabajar, queremos trabajar”, fue como miles de familias mineras de Caborca, en Sonora, marcharon pacíficamente para defender su empleo de Napoleón Gómez Urrutia, quien trata de perjudicar, engañar y confundir a los trabajadores de las minas La Herradura y Noche Buena con la intención de que cierren y provocar un conflicto social.

Sin importarle la necesidad y los compromisos de las familias, Napillo ordenó bloquear las entradas impidiendo el paso de más de 2 mil 800 trabajadores que quieren su empleo y cobrar su salario. Es importante mencionar que la minería en Caborca representa una oportunidad para que las familias tengan un ingreso constante y seguridad social.

Sencillo y rápido, lo que busca el exprófugo de la justicia es engañar a los trabajadores y que se afilien a su sindicato para adueñarse de las cuotas sindicales y amagar a las empresas con paros y huelgas para intercambiar el levantamiento del movimiento por millones de pesos, dinero que va directo al bolsillo de Napillo. Ese es el trasfondo, no la justicia laboral, no las mejoras, no el bienestar.

Gómez Urrutia lucra como quiere con los trabajadores, no es minero, es un negociante de la necesidad ajena. Se sabe que las utilidades es el tiempo de pesca para Napillo, es ahí cuando avienta una red de mentiras prometiendo a los compañeros que con él podrán recibir utilidades mínimas de 200 mil a 300 mil pesos por trabajador, cosa que es mentira, las utilidades no se dan a capricho, se basan en las ganancias que registra la empresa ante la Secretaría de Hacienda. Como todo, es un proceso legal, pero eso es algo que no entiende quien siempre ha vivido violentando la ley.

A partir de la reforma laboral de 2021, el tema de las utilidades pasó de ser un beneficio para el trabajador a un conflicto y desilusión. Napillo como senador de Morena fue el principal impulsor de los cambios en la Ley laboral que llevaron a que los obreros perdieran, en algunos casos, 80% de su reparto de utilidades; levantó la mano sin pudor y aprobó que las PTU se toparan a tres meses. Hoy, como es costumbre, esconde la mano y culpa a las empresas de no querer entregar las utilidades completas y se vende como el salvador.

En Caborca, el impostor de minero se topó con pared, engañó a unos cuantos y pagó a otros por ser sus predicadores, pero de ahí no pasará. La comunidad conoce bien a Napillo, sabe que en Cananea les robó 55 millones de dólares a los mineros y que privó de sus ingresos a miles de trabajadores al estallar una huelga eterna que levantaría cuando el Gobierno le quitara las órdenes de aprehensión por el robo, pero no lo logró. Los mineros recuperaron su empleo cuando abandonaron a Gómez Urrutia.

Desde hace 13 años, el Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE, el cual me honro en encabezar, prometió a los mineros que nunca más serían moneda de cambio de intereses particulares, que la seguridad, estabilidad laboral y las mejoras serían nuestros ejes de trabajo y así lo hemos hecho.

En Caborca estamos listos para regresar a trabajar; con base en el diálogo, entendimiento y cooperación logramos un acuerdo con la empresa, uno que beneficia a los trabajadores, garantiza la estabilidad laboral y la continuidad de la economía regional. Confiamos en que la autoridad estatal y federal nos apoyen para lograr ingresar a los centros de trabajo.

¡El FRENTE unido jamás será vencido y las familias mineras de Caborca, lo saben muy bien!

 

    @CarlosPavonC