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Foto: AFP / La perspectiva de crecimiento del FMI se mantiene distante de lo que pronostica el Gobierno mexicano al cierre de 2023 y 2024  

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó ligeramente al alza su pronóstico de crecimiento económico para México en 2023, pasando desde una proyección de 1.7% –prevista en enero pasado– hasta 1.8%.

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Para 2024, la estimación para el Producto Interno Bruto (PIB) nacional se mantuvo sin cambios en 1.6%.

La mejora en la expectativa de crecimiento de la economía mexicana para este año por parte del organismo internacional obedece al buen dinamismo que han mostrado los indicadores hasta el momento. Es alcanzable, coinciden especialistas.

“En los últimos meses la economía mexicana ha tenido un buen comportamiento y todo anticipa que el primer trimestre de este año va a ser muy fuerte. Hay algunos indicadores que anticipan un crecimiento cercano al 3.5% en el primer trimestre de este año para el caso de México”, destacó Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex.

“Para nosotros (el ajuste al alza para 2023) responde sobre todo a la fortaleza que ha mostrado la economía en el primer trimestre. Ahorita llevamos pocos datos de marzo, pero lo que es enero y febrero, la economía ha sorprendido con sus resultados: sigue resiliente tanto en el sector servicios, como en la industria, mercado interno y también algunas de las cuestiones ligadas al mercado externo, particularmente en Estados Unidos pues han mostrado un mejor comportamiento que de lo que se preveía”, precisó Marcos Daniel Arias Novelo, analista económico en Grupo Financiero Monex.

Hacia adelante, los especialistas apuntaron que el pronóstico del FMI sugiere una desaceleración –impulsada por el efecto de la política monetaria restrictiva y una posible moderación en la economía global–, pues dada la fortaleza de la economía al inicio del año, los siguiente meses tendrían que mostrar crecimiento menores para promediar el 1.8% anticipado.

“Creo que este pronóstico de 1.8% trata de equilibrar entre unos primeros buenos meses en 2023 y lo que podría ser un cierre de año mucho más apretado”, añadió el economista de Monex quien refirió que todavía persiste el riesgo importante de una recesión a nivel global que pueda tener impactos en la economía local.

En tanto, el economista de Valmex acotó que las estimaciones para la segunda mitad del año adelantan una economía débil por el impacto rezagado que existe en los ajustes al alza en las tasas de interés que es de uno a dos años. “En el caso de México, (el Banco de México) empezó a subir tasas de interés a finales de 2021, entonces, pues ya debería de verse el impacto en la actividad económica”, puntualizó.

La perspectiva de crecimiento del FMI se mantiene distante de lo que pronostica el Gobierno mexicano al cierre de 2023 y 2024.

De acuerdo con los pre-criterios que presentó Hacienda a finales de marzo pasado, se espera que la economía mexicana crezca 3% para los dos últimos años de la actual administración, con un rango de crecimiento que va de 2.2% a 3% para 2023, y de 1.6% a 3% para 2024.

Y en la más reciente encuesta de expectativas de Citibanamex, el consenso de analistas privados ubica la mediana de crecimiento del PIB en 1.4% para 2023, y en 1.8% para 2024.

Prevén desaceleración económica en el mundo

A nivel mundial, el FMI prevé que el crecimiento económico caerá desde un nivel de 3.4% observado en 2022 hasta 2.8% en 2023, antes de estabilizarse en 3.0% en 2024.

En la actualización de las perspectivas de la economía mundial, el organismo internacional disminuyó en 0.1 punto porcentual su previsión de crecimiento para 2023 y 2024.

En el reporte, destacan que a primera vista, la economía mundial parece apuntar a una recuperación gradual tras los golpes de la pandemia y de la guerra en Ucrania, la recuperación de la economía en China, la disipación de las disrupciones en las cadenas de suministro, y la baja en la inflación.

“Sin embargo, al echar un segundo vistazo, las turbulencias se están arremolinando y la situación es bastante frágil, como nos ha recordado el reciente brote de inestabilidad bancaria”, advierten.

En el caso de la inflación, si bien el indicador general a nivel mundial ha disminuido por el retroceso en los precios de la energía y los alimentos, en su interior, el componente subyacente que excluye los genéricos volátiles de los energéticos y los agropecuarios, todavía no ha alcanzado su máximo en muchos países y cuando logre moderarse será con lentitud.

“Se prevé que (la inflación) se reduzca a 5.1% este año, una considerable revisión al alza de 0.6 puntos porcentuales respecto a nuestra actualización de enero, muy por encima del nivel fijado como meta”, refieren.

“En la mayoría de los casos, es poco probable que la inflación retorne al nivel fijado como meta antes de 2025”, anticipan. 

 

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