Foto: Gabriela Esquivel / El Señor de la Cuevita es venerado por miles de fieles de Iztapalapa, a quien le piden favores y agradecen las bendiciones dadas  

Para algunos parecería una imagen como cualquier otra en una Iglesia, sin embargo, el Señor de la Cuevita significa mucho más, pues es venerado por miles de fieles iztapalapenses, quienes se acercan a la imagen para mostrarle su fe, pedirle favores y agradecerle las bendiciones dadas.

TE PUEDE INTERESAR: Inicia la 180 representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa con Domingo de Ramos

Este año, además de la realización de la 180 representación de la Semana Santa en Iztapalapa, celebran los 300 años de la llegada de la imagen, y para los habitantes de esta alcaldía el Señor de la Cuevita representa un vínculo y una cercanía de Dios con su pueblo, pues a través de él es que viven su fe.

“Representa el signo de la fe, que Nuestro Señor está cerca y al acercarnos nos motiva, nos fortalece, no da ese encuentro (…) signo de esperanza y la imagen es eso, de algo cercano nuestro que tenemos que elaborar para acercarnos a la presencia del Señor”, explicó para 24 HORAS el Padre Miguel Ángel Cruz, sacerdote de la Diócesis de Iztapalapa y rector de la Catedral del Señor de la Cuevita.

Miguel narró que El Señor de la Cuevita llegó a Iztapalapa luego de que en el poblado de Villa de Etla, en Oaxaca, una niña recobrara milagrosamente la vista al acercarse a la imagen; por lo que los fieles decidieron traerla a la capital para restaurarla, al llegar a la alcaldía pasaron la noche a las faldas del Cerro de la Estrella y al despertar notaron que la imagen ya no estaba, por lo que la buscaron y unos niños la hallaron dentro de una cueva quienes pensaron se trataba de un cuerpo sin vida, al revisar la cueva los pobladores de Etla se asombraron al descubrir que era la imagen que ellos habían resguardado, aunque renovada, lo cual se asumió como un milagro.

Los dueños de la imagen decidieron regresarla a su poblado en Oaxaca, sin embargo, la efigie había adquirido un gran peso, por lo que no pudieron moverla y se quedó en ese sitio, el cual actualmente es un templo conocido como la Catedral del Señor de la Cuevita.

“Ahí empieza ese encanto de la gracia de Dios en el pueblo porque hay diferentes manifestaciones muy cercanas a la que llamamos milagros nosotros, que es una intimidad con Dios”, agregó el padre Miguel, quien señaló que en ocasiones como la época de sequía la imagen se ha sacado a las calles y de manera milagrosa ha llovido.

LEG