El inicio del 2023 comenzó turbulento para las empresas del sector aéreo en el país, luego de que en diciembre el Gobierno federal envió al Congreso de la Unión la iniciativa de reforma a la Ley de Aeropuertos y de Aviación Civil.
En ella proponen autorizar que las aerolíneas extranjeras realicen vuelos dentro del territorio nacional, operaciones conocidas como cabotaje.
La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, daría las libertades aéreas necesarias para que las aerolíneas extranjeras operen vuelos comerciales entre dos puntos dentro del país, lo que es considerado por el sector como un riesgo para las aerolíneas y los sindicatos de la industria, por una presunta competencia desigual en las rutas rentables y no en aquellas que las autoridades nacionales buscan impulsar.
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En un comunicado publicado en noviembre pasado, la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) advirtió que la intención de que las aerolíneas hagan escalas en México en vuelos hacia otros países y considerar la apertura de libertades del aire, no es el mecanismo adecuado y vulnera la posición de la industria aérea nacional.
Sin embargo, especialistas argumentan que a pesar de las condiciones desafiantes que se anticipan para el sector de aprobarse la iniciativa, la cual el gobierno asegura servirá para diversificar la oferta en beneficio de los viajeros, existen otros potenciales que resultarían favorecidos.
El analista de Actinver, Ramón Ortiz, aseguró que los grupos aeroportuarios del Centro Norte (OMA), del Sureste (Asur) y del Pacífico (GAP), podrían ser beneficiadas si se permite el cabotaje en México, ya que “habría una oferta adicional de nuevas rutas operando en la red aeroportuaria mexicana, donde las rutas aéreas podrían ser más dinámicas”.
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Explicó que México podría replicar la experiencia de Chile, que desde 1979 permite el cabotaje aéreo a través de acuerdos unilaterales o bilaterales, y que le ha redituado en una diversificación de su oferta y tarifas que benefician a los pasajeros.
Dicha propuesta fue enviada de último momento antes del cierre del periodo ordinario de la cámara baja, por tanto, podría ser discutida hasta el siguiente periodo que será a partir del 1 de febrero, aunque también puede ser resuelto mediante una sesión extraordinaria.
Por otra parte, Brian Rodríguez, analista de Monex Casa de Bolsa, consideró que a pesar de estar en medio de un entorno económico complejo en el que prevalece el riesgo de una recesión en Estados Unidos, México y otras partes del mundo, el 2023 se perfila para ser un año positivo para los administradores privados de aeropuertos y que no visualizan afectaciones significativas.
“En caso de que toque una recesión económica, que no sea muy profunda, ni de un plazo que abarque varios trimestres (…) no creemos que el sector aéreo presente una afectación significativa”, dijo a medios.
Los expertos explican que un ejemplo de lo que podría pasar con los tres grupos aeroportuarios es que ha planteado GAP en sus estimados para este año, en los que apuntó un alza de entre 6 y 8 ocho por ciento en su tráfico de pasajeros comparado con 2022, cuando el tráfico creció 32 por ciento.
“Estos crecimientos de un dígito alto son bastante atractivos si comparamos que venimos de un crecimiento bastante importante después de una pandemia”, detalló Rodríguez, quien recordó que la recuperación de tráfico del sector fue concretada antes de lo previsto y a que el estimado de la casa de bolsa para el crecimiento en tráfico de pasajeros para aeropuertos es de entre 8 y 12 por ciento.