Expertos señalaron que los jóvenes de la llamada “generación de cristal” son más sensibles ante las problemáticas sociales, además de ser resilientes y optimistas respecto a su realidad, con base en la encuesta realizada por el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica de la Fundación SM.
Este miércoles, en conferencia de prensa en la Universidad Iberoamericana, se presentaron los resultados de esta encuesta, llamada “Generación de Cristal. Más allá de la etiqueta”, en donde se muestran las autopercepciones de jóvenes de 15 a 29 años.
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Aunque el 42% de los jóvenes encuestados señalaron que el término “generación de cristal” describe adecuadamente su carácter crítico ante las injusticias, Rogelio Gómez, experto internacional en proyectos sociales y coordinador de la organización Acción Ciudadana contra la pobreza, explicó:
“No se puede usar generación de cristal, porque lo que muestra la capacidad de nuestras generaciones jóvenes es exactamente lo contrario, no se rompe, es resiliente. Y la resiliencia, que se usa mucho en la psicología, justamente para mostrar la capacidad de adaptación ante los cambios, tiene que ver con lo contrario a lo que es el cristal”.
Además, denunció el daño que las etiquetas infligen socialmente. “Las etiquetas cierran puertas. Los estigmas, no sólo son mentirosos, sino que afectan derechos”
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En tanto, Cimenna Chao, psicóloga educativa y del desarrollo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que “le resulta provocador que ellos mismos se reconozcan en esta encuentra como una generación más sensible hacia los problemas sociales”.
En la encuesta se observa que el 57% de los y las jóvenes le molesta que se hagan chistes o bromas que ridiculizan o discriminan a las minorías, un porcentaje que se eleva a 66 % en el caso de las mujeres.
Chao apuntó que es “una generación más abierta a situaciones que tienen que ver, entre otras cosas, con el cambio climático, las problemáticas sociales, la salud mental, (…) que además ya no tiene tabús implícitos, quizá cada vez menos, este destino heredado de estas creencias de otras generaciones; en donde ahora se puede hablar de diversidad, de diversidad cultural, de diversidad de géneros”.
Sin embargo, destaca de la encuesta que “a pesar de tener mayor participación y a pesar de tener mayor voz, a pesar de estar más presentes en el conjunto del diálogo colectivo social, vivimos también en un mundo que parecería no escucharnos, un mundo que todavía sigue acotado por las jerarquías de los adultos”.
Por ello, la experta recomendó: “Quienes tenemos que escuchar y con mucha atención, somos los adultos, particularmente aquellos que hacemos educación”.
En concordancia con Gómez, expuso que “esto de cristal no tiene que ver con una fragilidad implícita y que, más bien, haríamos una invitación a qué ese miedo se transforme en asertividad”.