Algo habrá sacado el Partido Verde de la negociación con Adán Augusto López para que, muy mansitos, sus líderes decidieran eliminar de la mal llamada reforma electoral la cláusula que les daba vida artificial.

Ni modo de pensar que fueron unos auténticos demócratas al desistirse de tratar de seguir vivos a través de un traspaso de votos cuando no alcanzaran el 3% de la votación en una elección federal para mantener el registro, como ordena la Constitución.

Este Gobierno ha sido especialmente generoso con el Verde.

De entrada, les escrituró el estado de Quintana Roo, a través de la figura de Mara Lezama que, aunque compitió por Morena en la elección de gobernador -que ganó-, obedece a los dictados del mal llamado “niño verde’’, Jorge Emilio González.

González reclamó el “derecho’’ del Verde a la gubernatura pese a que Morena contaba con buenos cuadros, entre ellos la senadora Marybel Villegas, quien acusó presiones del secretario de Gobernación para aceptar el dedazo a favor de Lezama y para que no abandonara las filas de Morena.

Otra figura del Verde, el senador Manuel Velasco, se vio involucrado en el escándalo que provocó la filtración de una conversación suya con el líder del PRI, Alejandro Moreno, a quien informó “por órdenes del 2’’ -del secretario de Gobernación-, que si la bancada tricolor no votaba a favor de la reforma eléctrica “se van a ir con todo contra ti’’.

Y así fue.

Pese a ello, Velasco dedicó días a tratar de congraciarse nuevamente con Adán Augusto López, quien lo ha recibido en su oficina; la relación entre ambos está más fría que abrazo de suegra.

El Verde ha sabido cobrar los votos que ha dado a Morena para la aprobación de reformas polémicas, como el paso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa, la reforma eléctrica, la consulta popular, etcétera.

Por eso existe una duda razonable sobre el acuerdo al que llegaron con el secretario de Gobernación para retirar la redacción que les concedía vida eterna por el traspaso de votos.

“No la necesitamos’’, dijo Carlos Puente, pero si así hubiera sido, no la habrían incluido en lo oscurito ni se hubieran empeñado en mantener tal redacción en el documento que aprobó el Senado.

Ya se verá en las próximas elecciones si el Verde vale lo que dice valer, si tiene el peso político con el que se vende, en el mejor sentido de la palabra.

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¿Qué tanto podría perjudicar al gobernador de Zacatecas, David Monreal, la actuación de su hermano Ricardo en el Senado?

A pesar del apoyo que en discurso ofreció el Gobierno federal, de la llegada de más elementos de la Guardia Nacional y el Ejército, el estado sigue siendo controlado por la delincuencia organizada.

De hecho, los refuerzos federales se han especializado en “acordonar y proteger (sic)’’ las zonas donde han ocurrido masacres, pero no se conoce el número de detenciones de delincuentes o presuntos delincuentes, porque siempre llegan cuando ya no se necesitan.

Muchos han querido ver los hechos recientes de Zacatecas como una medida de presión para Ricardo Monreal.

Pero eso sería imposible en un Gobierno humanista, porque si el pleito es con la familia Monreal, ¿qué culpa tienen los zacatecanos?

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Por cierto, ya estamos a mitad de diciembre y todavía no se da a conocer el número de paisanos que vienen de Estados Unidos y Canadá por carretera a pasar las fiestas en México.

¿Será porque la violencia ahuyentó a miles y miles de familias que decidieron no arriesgarse a ser asaltados, extorsionados o secuestrados en la carretera?

LEG