Rafael Cauduro
Foto: Especial / El artista plástico fue homenajeado al pie de las escaleras del máximo recinto cultural del país  

Con un emotivo homenaje, ayer se honró al artista plástico mexicano Rafael Cauduro en el Palacio de Bellas Artes, luego de que falleciera la noche del sábado, dejando un amplio legado artístico dentro de la pintura y el muralismo –entre otras técnicas que cultivó exitosamente–, como los murales Siete crímenes mayores.

Al pie de las escaleras del vestíbulo del máximo recinto cultural, con la urna conteniendo las cenizas del artista, autoridades de Cultura del país, familiares, amigos, colegas y público se dieron cita para homenajear al artista, cuya obra se caracterizó por su enorme carga de ilusionismo y por jugar con la realidad y el tiempo.

La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Lucina Jiménez López, calificó a Cauduro como “el gran pintor, muralista y creador infatigable” que deja para la historia del arte mexicano “un aporte fundamental, una postura crítica y alejada del mundo del reflector. Porque hizo todos sus trazos desde una postura crítica en verdad comprometida. Fue congruente con él mismo, sin caer en tendencias, corrientes, modas o escuelas, y porque fraguó su propio camino y transitó desde muchas otras disciplinas al quehacer artístico que era su convencimiento y que era su razón y a la cual dedicó su vida”.

Como artista de su tiempo –agregó–, Cauduro desnudó belleza y horror al mismo tiempo, sin mediaciones piadosas ni dogmas, pero comprometido, sí, con la plástica y con todo el trabajo de experimentación plena que realizó tanto en materiales como en técnicas, texturas, formatos, planos y volumetrías. Y encontró material de trabajo artístico, tanto en tlapalerías como en los lugares más inesperados, porque supo crear obra de arte a partir de lo que le rodeaba.

En representación de la familia, Laura Appendini, sobrina de Rafael Cauduro, añadió: “Los sobrinos tuvimos nuestro primer contacto con él cuando era adolescente; era un tío divertido, juguetón, travieso y a veces impaciente. Cariñoso y cálido, era una persona al parecer distraída y, sin embargo, siempre atento a cada miembro de la familia”.

Finalmente, Laura Cauduro, hija del artista homenajeado, expresó a nombre de su familia que “solo nos queda hacer honor a todas sus enseñanzas como padre y agradecer lo que hizo por su familia y para todo el país a través de su trabajo artístico. Su obra lo inmortaliza. Queda honrar su pensamiento de protesta, que buscaba lo mejor para el país”.

 

LEG