La conversación telefónica solicitada por el presidente Biden al presidente López Obrador buscará convertir el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica en una extensión de la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos en su prioridad de reconstruir el liderazgo mundial de la Casa Blanca.

La mezcla de geopolítica con decisiones comerciales estaría distorsionando el objetivo central de construir un mercado de producción y consumo entre tres países. La conversación para que Biden le expliqué al Presidente mexicano la agenda de la Novena Cumbre de las Américas de junio próximo estaría buscando la alianza de México en la imposición de los enfoques imperiales y militares de Washington en la región al sur del río Bravo.

La esencia de la Novena Cumbre no se localiza en el listado oficial de su temática, a pesar de que se mezclan temas de seguridad y comercio, sino que se debe buscar en el discurso de Biden en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero de 2021, y en la Cumbre por la Democracia de diciembre del mismo año, en donde el presidente de Estados Unidos dejó claro su intención de regresar a los años de la guerra fría ideológica de 1947-1991.

El escenario de fondo de los intereses de Biden no es otro que la guerra de Ucrania inducida por Estados Unidos y que está sacrificando a ese país ante la invasión rusa, luego de que la Casa Blanca ofreciera un magro apoyo económico y de municiones al Gobierno de Zelenski y se negara a mandar tropas americanas y seguir sacrificando al deteriorado ya agotado ejército ucraniano.

El presidente López Obrador desdeñó la Cumbre de la Democracia de diciembre pasado y ahora ha comenzado a plantear los intereses nacionales de México como no coincidentes con los intereses nacionales de la Casa Blanca.

 

Zona Zero

  • La desaparición de la unidad antinarcóticos de México cerró el último enlace que se tenía con la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, y fue consecuencia de las nuevas reglas estrictas incluidas en la ley de seguridad nacional de México para que agencias estadounidenses registren operativos ante las autoridades mexicanas y eviten intervencionismos que no respetaban la soberanía. Ahora falta que México construya un aparato de seguridad contra el narcotráfico y que firme convenios equitativos con oficinas similares de otros países.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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