La declaración del director de la CFE -Manuel Bartlett- en el sentido de que la Reforma Eléctrica no contempla indemnizaciones, es tan absurda como pensar que, si alguien modifica un contrato de forma unilateral, que afecta los intereses pactados de una de las partes, ésta no exija una indemnización por el daño causado. Pero el fondo es el miedo. El Gobierno sabe que la reforma no pasará tal y como el Presidente ordenó a sus operadores.

La forma de reaccionar del régimen cuando tiene ante sí un escenario adverso es la confrontación. ¿Qué dice el manual? Hacer aparecer ante la opinión pública nuevos archienemigos: Oxxo, Bimbo, Femsa. ¿Cuál es el pecado imperdonable de estas empresas? Gestionar bien los costos y la energía que usan para sus productos y servicios y así tener una mejor oferta para sus clientes y consumidores. No se puede ser más traidor.

Bartlett es la avanzada de lo que veremos los próximos tres años. Detrás de este despropósito está el sector más radical del régimen. La declaración literal de Paco Ignacio Taibo en la FIL de Guadalajara con respecto a la reforma eléctrica –¡nos los vamos a chingar!– los describe perfecto. ¿Así o más claro?

Si es usted comerciante o empresario clasemediero que ha puesto en los techos de su negocio paneles solares para ahorrar de forma importante en el recibo de luz y poder ser más eficiente y reinvertir en su negocio y crear empleos, ¿qué cree? ¡Se lo van a chingar!

Si es usted un prestador de servicios y con la Reforma Energética -la vigente- decidió invertir y trabajar en temas de energías limpias, renovables, similares y conexas pues bad news ¡se lo van a chingar!

Si usted es una persona -como cualquier otra- que en su casa anda preocupado por el costo de la luz y sabe que con la iniciativa presidencial le van a aumentar el recibo y los precios de todo lo que consume su familia, sí, a usted, ¡También se lo van a chingar!

Pero si usted es de Villahermosa, Tabasco, ¡Ya chingó! Allí el mismísimo Presidente le perdona todo lo que deba de luz, con la condición de que haga un acto de contrición, vote por Morena y si es posible pague cuando quiera. Lo que sea su voluntad.

Sin embargo, para Bartlett y compañía, el miedo es que se los chinguen. El domingo pasado, en el PRI, la balanza a rechazar la reforma eléctrica es cada vez más evidente. La reaparición y la declaración de Manlio Fabio Beltrones -después de tres años de silencio- apunta en qué sentido irá el PRI.

El llamado de Monreal a que Bartlett se modere y que la reforma necesita cambios profundos, seguro causaron más de un entripado en Palacio. El pulso Monreal vs. Morena está a tope. Mario Delgado ya lo ve hasta en la sopa.

El miedo del Gobierno y su movimiento es que el panorama no está nada alentador. Este miércoles se presentará en el pleno del Congreso la Ley de Ingresos, lo más seguro es que no pase. ¿Veremos al fin al Presidente y sus leales negociando con la oposición el presupuesto -proyectos faraónicos del régimen incluidos- Reforma Eléctrica, etc? Parece que no.

Hace dos años el Presidente declaró textualmente: No somos moderados, somos radicales. El moderado sólo es un conservador más despierto -la cita original es de Melchor Ocampo-

El peligro está en que cuando los líderes carismáticos se radicalizan, pasan de las amenazas a lo hechos. Elementos para presionar no le faltan al Presidente. Y ganas le sobran.

La oposición en México no está en su mejor momento, pero tampoco lo están ni Morena ni el Gobierno federal. Es necesario dejar los radicalismos a un lado y pensar en México. Es hora de negociar. Estamos aún a tiempo.

 

@Pancho_Graue

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