Qué tan mal y podrido estará todo que ahora la cuarta transformación (4T) utiliza a un ladrón, estafador y extorsionador, por decir lo menos, como estandarte de lucha y símbolo del sector obrero. 

Me refiero a Napoleón Gómez Urrutia, sí al mismo que por más de una década huyó de México para no ser aprendido por robarle 55 millones de dólares a sus afiliados, pues a ese mismo es a quién decidieron subir a las giras para apoyar a los candidatos de Morena. 

Hace unos días Napillo fue a Oaxaca, a una de las tres entidades con mayor pobreza y marginación en el país. De entrada, que vaya el poseedor de una fortuna que se calcula en millones de dólares y que lo único que lleve a esa entidad sea un librillo para promocionar su venta, es ofensivo; pero no sólo iba como vendedor, sino que fue a celebrar una asamblea de la confederación que esta administración le ayudó a crear y a dar supuesto apoyo a aspirantes a cargos políticos de elección popular.  

Llevaba todo el impulso y fue recibido por el gobernador, una vez más la 4T le da la mesa puesta, y es que están conscientes de que sin ayuda no lo puede hacer, su falta de roce con la gente y su característica soberbia dejarían al descubierto su verdadera personalidad. 

¿Pero quién es a quien Morena pone como representante del sector obrero? Un impostor que su mayor mérito es heredar de su papá la silla de la Secretaría General del Sindicato Minero. Napito nunca fue trabajador, basta buscar en los archivos del Infonavit y ver que no existe registro de su paso como obrero, nunca ha bajado a una mina, no sabe operar ninguna máquina, más que la registradora para sumar las cuotas sindicales.  

Morena trata de engañar al pueblo, ahora a los oaxaqueños, y es que no les dicen que Napito es experto en cerrar fuentes de empleo y que al llevarlo se pone en riesgo la operatividad de las empresas. ¿Por qué no muestran las acusaciones que hay en su contra por extorsionar empresarios, por secuestrar centros laborales, cobrando millones de dólares para después liberarlos y permitir la reapertura? 

Tampoco mencionan lo sucedido en Pasta de Conchos, cuando Napito permitió que los trabajadores no sindicalizados bajaran a laborar a la mina sin medidas de seguridad a cambio de recibir una cuota mensual por cada minero que era contratado en estas condiciones, que a los pocos días de la tragedia se desentendió y abandonó a las familias para salir corriendo y refugiarse en Canadá.  

Morena debería informar que su senador no es un líder sindical sino el beneficiario de un negocio familiar llamado Sindicato Minero, del que saca todo para darse una vida de gustos caros. El que siempre utiliza a los trabajadores y se sirve de ellos con la misma intensidad con que los desprecia; y que lejos de impulsarlos, se avergüenza de la clase obrera.

Para muestra, hace unos meses Napillo pudo colocar a un minero como legislador, darle la oportunidad a alguno, pero no fue así, de ellos ni se acordó, en su lugar candidateó a su secretario particular, Mauricio Cantú, un joven fifí con estudios en el extranjero.    

Napillo representa el abuso de poder y el nepotismo de lo que tanto supuestamente critica el presidente López Obrador. Aunque quieran mentir y ocultar, Napito tiene una historia que no desaparecerá solo porque así lo desean. 

Ahora nos preguntamos, ¿por qué si cuentan con la bancada más grande de legisladores echan mano del que tiene mayor cola que le pisen? ¿Será que hay favores mutuos, será que no les interesa apoyar esa candidatura o más bien será que no tienen pies ni cabeza?

 

 @CarlosPavonC