Era muy esperado el encuentro entre los presidentes estadounidense, Joe Biden, y ruso, Vladimir Putin, el 16 de enero pasado, pero pocos acuerdos concretos salieron de él. Solo uno fue muy claro: la ciberseguridad.

Rusia se infiltró en la potencia americana durante las elecciones presidenciales de 2016 y de 2020, según agencias de seguridad de EU, acusación no reconocida por el régimen de Putin. Apenas hace unos días, Microsoft reveló que piratas informáticos vinculados al espionaje ruso se infiltraron en el correo electrónico utilizado por la Agencia de Ayuda Internacional (USAID, en inglés) del Departamento de Estado, para entrar en la red informática de grupos y organizaciones críticas con el Kremlin.

Todo esto, a pesar de que Estados Unidos -la nación más poderosa del mundo-, ocupa también el primer lugar como el país más ciberseguro, según el informe sobre la materia apenas lanzado ayer por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), una agencia de las Naciones Unidas.

Para Doreen Bogdan-Martin, directora de la UIT, el índice global revela que la ciberseguridad es realmente un problema de desarrollo, y que existe una necesidad urgente de abordar la creciente brecha de cibercapacidad entre países desarrollados y países en desarrollo.

Ante lo urgente -y grave por sus repercusiones-, de afrontar el reto de la seguridad en línea, ayer se celebró en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la primera reunión sobre el tema.

En la cumbre se dijo que los últimos años han mostrado un aumento de los incidentes contra las tecnologías de la información que van desde la desinformación hasta las interrupciones deliberadas de la red y las comunicaciones de los países, incluidos ciberataques contra centros de salud durante la pandemia de Covid-19, “lo que disminuye la confianza entre los Estados y amenaza la infraestructura crítica que depende de ellos”.

Y es que con más de 4 mil 600 millones de usuarios de Internet en el mundo, los avances digitales revolucionan la vida humana, pero “debemos permanecer alerta frente a tecnologías insidiosas que podrían poner en peligro la seguridad de las generaciones futuras”, señaló la directora de la Oficina de Desarme de las Naciones Unidas, Izumi Nakamitsu.

“Las tecnologías digitales están poniendo cada vez más a prueba las normas legales, humanitarias y éticas existentes, la no proliferación, la estabilidad internacional, la paz y la seguridad”, agregó la experta.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

FRASES

“Debemos fomentar el conocimiento, mejorar habilidades y desarrollar competencias (…) cerrar la brecha yendo a las raíces y creando capacidad en términos de infraestructura digital”
Doreen Bogdan-Martin
Directora de la UIT

“Si las amenazas a la seguridad informática nos igualan, debe discutirse no en un círculo estrecho de estados tecnológicamente desarrollados, sino con todos los estados de la ONU”
Vassily Nebenzia
Embajador ruso ante la ONU

Un riesgo para todos

4, 600
millones de usuarios de Internet hay en el mundo

28, 500
millones de dispositivos habrá conectados en 2022

131
países cuentan con algún tipo de policía cibernética

Multilateral, la forma de atacar al Covid: G20

Los ministros de Relaciones Exteriores de los 20 países más industrializados del mundo, reunidos ayer para una cumbre en Italia, reconocieron como “crucial” reforzar el multilateralismo para enfrentar la crisis provocada por la pandemia de Covid-19.

La cumbre, a la que asistió, entre otros, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, así como los cancilleres de Argentina y México, Felipe Solá y Marcelo Ebrard, se celebró en la sugestiva Matera, patrimonio de la Humanidad por sus casas rupestres excavadas en la roca y azotada este martes por una ola de calor asfixiante.

“La cooperación multilateral será crucial para poner fin a esta crisis sanitaria global”, reconoció Blinken en un cambio radical de posición de Estados Unidos con respecto a la administración de Donald Trump.

A la cumbre, la primera presencial tras un año y medio de pandemia, asistieron un centenar de delegaciones, organizaciones e instituciones internacionales, así como representantes de África, continente gravemente azotado por la pobreza y la propagación del virus.

LEG