El derrumbe del Metro en la estación Olivos ha confrontado a los dos principales precandidatos presidenciales que tenía el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La tragedia –“incidente’’, según Claudia Sheinbaum-, le pasó la factura a Morena en la capital del país y ha exhibido a una jefa de Gobierno repetitiva y rebasada por los hechos.

Sheinbaum ha copiado el discurso de López Obrador; ella no tiene ninguna responsabilidad y las notas periodísticas nacionales o foráneas, forman parte de un complot contra el Gobierno de la 4T.

Dicho así de bote pronto y sin pruebas.

La publicación del reportaje de The New York Times sobre las causas probables que produjeron el derrumbe, exacerbaron los ánimos entre los grupos de Sheinabum y Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y responsable de la construcción de la Línea 12 del Metro.

Sin que mediara acusación pública en su contra, la jefa de Gobierno salió a declarar que ella “no se maneja con filtraciones a la prensa’’, pero no dijo que lo publicado por el diario estadounidense fuera falso.

Para colmo, el presidente López Obrador aseguró que sí hubo filtración de información, en un afán de proteger a Sheinbaum.

El efecto, sin embargo, fue el contrario.

Las autoridades locales siguen retrasando la entrega del peritaje sobre las causas del accidente que le costó la vida a 26 ciudadanos “aspiracionistas’’, que viajaban del oriente de la capital al centro para procurarse una vida mejor.

El NYT concluye que la causa del accidente fue la mala soldadura “de los pernos (clavos en la traducción al español) para sostener el viaducto elevado’’.
Esta negligencia fue motivada, según el diario, por “las prisas de Ebrard para inaugurar la obra antes de que concluyera su mandato como jefe de Gobierno del DF’’.

Los mismos clavos que no fueron soldados adecuadamente, probablemente servirán para sellar la tumba de las aspiraciones presidenciales de alguno de los dos.

****

Entre los magnates mexicanos que participaron la semana pasada en la reunión con el presidente López Obrador hubo cierta molestia por la presencia de Alfonso Romo, quien dejó de ser oficialmente el coordinador de la Oficina de la Presidencia desde el 2 de diciembre del año pasado.

Romo, que no participó en la organización de la reunión, estuvo presente sin ser miembro del selecto grupo que integra el Consejo Mexicano de Negocios y sin ser funcionario público.

O Romo sigue suspirando por el puesto o López Obrador no tiene otro nombre que haga de bisagra con los hombres del dinero.

****

La oficina de relaciones públicas de la familia Jenkins de Landa envió a este espacio una nota para fijar su posición respecto a la información publicada aquí sobre el conflicto legal por el patrimonio de la Fundación Mary Street Jenkins.

En primer lugar, señala que la familia no está prófuga ni escondida.

“Los integrantes de la familia Jenkins de Landa y sus abogados están perfectamente localizables y participando en sus actividades cotidianas’’.
Respecto de órdenes de aprehensión en contra de la familia Jenkins de Landa y sus abogados, libradas por un juez de Puebla y por un juez del estado de México, la representación de la familia asegura que “violentan el principio básico de cosa juzgada, pues intentan reabrir un tema que ya fue resuelto anteriormente en instancias judiciales federales.
“Todas las acusaciones que se han estado ventilando en medios fueron desvirtuadas hace más de dos años, consecuentemente, desde mayo de 2018 se exoneró definitivamente a todas las personas a las que su nota hace referencia pues la entonces Procuraduría General de la República determinó que no existen delitos en la actuación de la familia.

“Tal determinación quedó en firme y es actualmente inatacable’’.

El litigio, sin embargo, continúa.

LEG