FOTO: Jens Schlueter / AFP En el caso de las píldoras, el riesgo de trombosis está comprobado y se tiene en cuenta a la hora de recetarlas. Pero no es el caso de la vacuna de AstraZeneca, que es un producto nuevo.  

¿Por qué el temor a trombos provocó la suspensión en algunos países de la vacuna de AstraZeneca mientras que determinadas píldoras anticonceptivas son comercializadas pese a que este riesgo está probado? Aunque la comparación es objeto del debate público, los expertos consideran que no es pertinente.

Es una política de “doble rasero”, denunció el miércoles la Asociación Francesa de Víctimas de Embolia Pulmonar y Accidente Vascular Cerebral, relacionadas con la contracepción hormonal.

Esta se sorprendió “de la indiferencia con la que se trata a miles de mujeres víctimas de trombosis y de embolia debido a su contracepción en Francia y Europa”, haciéndose eco de numerosos mensajes similares publicados en los últimos días en las redes sociales.

“No se puede meter todo en el mismo saco”, responde a la AFP la infeccióloga Odile Launay, miembro del Comité sobre vacunas anticovid creado por el gobierno francés.

Como sucede con todos los medicamentos, la clave reside en ponderar los riesgos y beneficios.

En el caso de las píldoras, el riesgo de trombosis está comprobado y se tiene en cuenta a la hora de recetarlas. Pero no es el caso de la vacuna de AstraZeneca, que es un producto nuevo.

“Es imprescindible establecer la relación riesgo-beneficio” de la vacuna, según Launay.

“Las trombosis, incluso mortales, se consideran como un efecto secundario muy inhabitual de las píldoras anticonceptivas. Se mencionan en el prospecto de información destinado a los pacientes”, explica el Instituto Médico Paul-Ehrlich, que asesora al gobierno alemán.

“Cada mujer debe informarse de este riesgo” en la consulta médica, aseguró el Instituto alemán en un documento publicado el martes sobre la vacuna de AstraZeneca.

La situación es diferente en el caso de esta vacuna sobre la que “actualmente se sospecha que puede tener un efecto secundario muy inhabitual, a veces fatal, de trombosis venales cerebrales (coágulos sanguíneos en el cerebro, ndlr) acompañados de una deficiencia de plaquetas”, según Paul-Ehrlich.

Por ahora, no hay ninguna prueba de que haya una relación entre la vacuna y estas afecciones. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que sigue “firmemente convencida” de las ventajas de esta vacuna, debe pronunciarse de nuevo el jueves, tras haber examinado los datos transmitidos por varios países. A la espera, países como Alemania, Francia y España suspendieron su administración.

Pero incluso si se comprueba el vínculo, la EMA y las autoridades sanitarias nacionales podría decidir “continuar empleando la vacuna”, añadiendo de ser necesario este efecto secundario en el prospecto, según el Instituto alemán. En ese caso, se estimaría que los beneficios siguen siendo superiores a los riesgos.

 

– Factores individuales –

Es exactamente la política adoptada con las píldoras o “anticonceptivos orales combinados”, pese al riesgo probado de trombosis, en particular las más recientes, de tercera o cuarta generación.

Además de mencionar este efecto secundario, el prospecto incluye los factores agravantes, como la edad, el tabaquismo, los antecedentes familiares y la obesidad.

Según la EMA, los médicos deben “tener en cuenta los factores de riesgo individuales cuando recetan un anticonceptivo” y cada mujer debe “hablar con su médico para determinar el tipo de contracepción que más le conviene”.

Varios estudios mostraron que las píldoras más recientes aumentan el riesgo de trombosis venosa.

Según un informe británico de 2015, el riesgo podría duplicarse respecto a las mujeres que toman las antiguas píldoras y cuadriplicarse respecto a las que no toman ninguna.

 

 

 

 

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