La aparente unidad monolítica de Morena estará a prueba en las próximas elecciones.

Y es que la elección de los candidatos a gobernador, presidentes municipales y diputados locales y federales, no ha dejado contentos a los grupos que integran dicho partido.

El caso de los candidatos a gobernador es el más significativo.

Por ejemplo, en Michoacán, todos daban por descontado que el candidato a la gubernatura sería el senador con licencia Cristóbal Arias, pero sorpresivamente “perdió’’ la encuesta que nadie conoce y el designado fue el presidente municipal de Morelia Raúl Morón Orozco.

Arias rindió protesta el miércoles como candidato a la gubernatura del partido Fuerza por México, propiedad de Pedro Haces, el dirigente sindical consentido del sexenio.

En el caso de Chihuahua, todo parecía favorecer al también senador Cruz Pérez Cuéllar, pero sorpresivamente fue designado candidato Juan Carlos Loera, el superdelegado en la entidad.

Pérez Cuéllar decidió inscribirse como candidato a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, no con el afán de ganar sino de restarle votos a quien consideró un rival ventajoso.

En Tlaxcala sucedió algo similar; la superdelegada Lorena Cuéllar, que había competido ya por la gubernatura el sexenio pasado bajo las siglas del PRD y el PT, fue la elegida por sobre precandidatas, entre ellas la esposa de César Yáñez, Dulce Silva Hernández.

En Colima, la hermana de Yáñez, Claudia Yáñez, fue desplazada por oootra superdelegada, Indira Vizcaíno, provocando que la diputada renunciara a su militancia en Morena alegando descarado y burdo favoritismo a favor de la ganadora.

Nada le garantiza a Morena que los grupos perdedores se disciplinarán.

De palabra, los candidatos perdedores -lo mismo para las gubernaturas que para las presidencias municipales y diputaciones locales y federales- podrían declarar su disciplina pero los agravios fueron tantos que es muy difícil que se queden como simples espectadores.

Pueden trabajar en contra de los candidatos oficiales de su partido o simplemente no movilizarse como se les pide.

Mucho dependerá de la habilidad negociadora de Mario Delgado que ya se vio, no las trae todas consigo.

Si no, vean el caso de San Luis Potosí.

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Por cierto, Morena deberá anunciar hoy si Félix Salgado Macedonio será el candidato a gobernador.

La noche del miércoles se filtró la encuesta realizada por la dirigencia nacional de Morena, en la que el mejor calificado -no se ría-, era precisamente Salgado.

Lo risible del tema es que el ahora candidato fue quien en dicha encuesta resultaba como el que “más respetaba los derechos de las mujeres’’, incluso por arriba de las otras mujeres que participaron en el sondeo.

Morena primero dijo que la encuesta era falsa y después la secretaria general del partido, Citlalli Hernández, pidió que el candidato no fuera el más popular sino el más preparado.

A ver si por ahí alguien le hace caso.
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No se necesita una bola de cristal ni ser un avezado en teorías de conspiraciones políticas para establecer que la supuesta investigación en contra de Manlio Fabio Beltrones y su hija tiene tintes electorales.

Nadie desconoce la influencia política de Beltrones en su tierra y quizá por ello la famosa investigación sea un mensaje para que no intervenga.

Coincidentemente, Bryan LeBaron presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República en contra de Alfonso Durazo, por considerar que no actuó para prevenir la masacre de su familia siendo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Federal.

Si usted lee con atención las encuestas en Sonora rumbo a la elección de gobernador, entenderá de qué se trata.

LEG