Los sedujeron.

 

Calificaron sus administraciones como supremas.

 

Luego Andrés Manuel López Obrador les prometió un cargo en el extranjero y ellos, fascinados, tomaron la oferta con cargo a los estados y a su partido, el PRI.

 

Entregaron solícitos sus estados a los respectivos candidatos oficialistas y a continuación simplemente esperaron el trámite de los nombramientos para las encomiendas prometidas, cumplidas con tardanza o muertas en el olvido presidencial.

 

Hoy varios de ellos no se sienten satisfechos porque las ofertas y sus esperanzas eran muchas y de largo aliento, no nada más una misión diplomática como cónsules o embajadores.

Se veían ahí hasta las definiciones para el 2024 y ser llamados a continuar su carrera política a impulso de un presidente distinto: si el priista Enrique Peña Nieto los mandó como virreyes, López Obrador les pagaría con generosidad.

 

BÚSQUEDAS INÚTILES

 

Pero no fueron llamados.

 

Inclusive hubo frustraciones de quienes, como Alfredo del Mazo, esperaron inútilmente un llamado para una senaduría, una diputación federal u otra encomienda.

 

Otros debieron buscar acomodo a través de la puerta trasera, como el mexiquense Eruviel Ávila, quien pretextó pleito con el dirigente tricolor Alejandro Moreno para ingresar al oficialismo vía el Verde.

 

En el extranjero se quedaron en espera los primeros comisionados por López Obrador, la sonorense Claudia Pavlovich y el sinaloense Quirino Ordaz, perdedores en las elecciones intermedias de 2021.

 

Después se alistó el hidalguense Omar Fayad, quien de plano confesó ante el Senado:

 

“Considero que no tengo ningún mérito para ser embajador”, pero justificó su nombramiento porque ha sucedido con otros personajes y han sido “grandes representantes de México”.

 

Otros exgobernadores priistas están en espera de posición, caso Alejandro Murat, quien recientemente dejó el Palacio de Gobierno de Oaxaca.

 

REPARTO DE GASTOS

 

1.- Dato adicional es la búsqueda de un acuerdo para repartir a partes iguales los gastos del acto dominical entre los equipos de Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada.

 

Tienen un referente para pasado mañana: el INE tasó en millón y medio el gasto de inicio de campaña con Zócalo para Claudia Sheinbaum.

 

Y 2.- Me da mucho gusto coincidir con Santiago Creel, coordinador de la campaña de Xóchitl Gálvez, sobre gastos de campaña y la consiguiente supervisión de las autoridades electorales.

 

Son los partidos políticos, asenté ayer, los responsables de justificar las erogaciones de las prerrogativas entregadas por el INE.

 

Él dice lo mismo.

 

En carta enviada a este diario, ubica el destino de los más de 500 millones -hasta ahora- de los tres partidos coaligados (PAN, PRI y PRD) a “un cajón que se integra en un presupuesto previamente acordado”.

 

Los dirigentes respectivos, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, esperarán el cierre de gastos de campaña para elaborar sus respectivos informes al INE.

 

Inclusive palpé en ellos la posibilidad de ampliar partidas porque vienen los mayores desembolsos: organización del ejército de representantes en casilla, de movilización, de vigilancia y de defensa del voto.

 

De la suficiencia de recursos dependerá en gran medida la limpieza de las elecciones a fin de evitar una lluvia de impugnaciones.

 

     @urenajose1

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