José Ureña

Hoy habrá una reunión virtual inédita.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha convocado a un diálogo con los gobernadores.

Nada nuevo, si uno revisa las crónicas.

Pero la de este día tiene dos elementos novedosos:

Se hará ante la responsable de la política interior con más focos de atención y por supuesto mayor autonomía de decisión.

El otro aspecto es la situación del país.

Después de muchos meses, ya no hay ningún estado en semáforo verde, lo cual muestra por sí mismo el fracaso de la acción federal.

Algo peor, gran parte de ellos han retrocedido:

Chiapas y Campeche volvieron a amarillo y están a un paso de retroceder más, bien sea a naranja o tal vez hasta a rojo.

Otros 13, entre ellos la Ciudad de México y el Estado de México, se presentan en máximo riesgo con Claudia Sheinbaum y Alfredo del Mazo sin recursos para salir de la situación.

Por si hicieran falta más adversidades, ahora los contagios no vienen de fuera, sino multiplicados desde dentro.

SIETE MESES PERDIDOS

Los invitados formales pertenecen a la Conago.

Primer acto con decisiones ejecutivas a cargo de la sonorense Claudia Pavlovich, quien recién recibió la presidencia del potosino Juan Manuel Carreras.

La idea, al menos de los mandatarios estatales, es dar nuevos rumbos a las acciones para enfrentar muertes, enfermos y daños económicos.

Sus análisis internos llevan a una conclusión terrible:

-México se encuentra en el mismo estado de cosas de junio pasado.

Con graves secuelas:

A mitad del año pasado todavía no había más de un millón de negocios obligados a cerrar por la crisis de salud y de mercado.

Tampoco había millones de desempleados y empresarios cuya presión se siente ahora para regresar a labores a cualquier precio.

En los casos capitalino y mexiquense se cedió al reclamo de restaurantes y tiendas departamentales, pero ya vienen otros sectores con la misma pretensión.

Peso específico tienen los prestadores de servicios turísticos, con Carlos Joaquín, hoteleros y líneas de aviación al frente.

Un panorama útil para medir el temple de Olga Sánchez Cordero, pero sobre todo si hay cambio de actitud en el Gobierno federal.

PARLAMENTO ABIERTO

Todavía se mueve la iniciativa de reformas a la Ley del Banco de México.

El llamado parlamento abierto centró gran parte del debate en problemas reales de migrantes para enviar divisas al país.

Reconocen el problema de dólares en efectivo, los cuales muchas veces caen al mercado negro, y nada se ha hecho para resolverlo.

Hace falta, dicen expertos, una visión de política cambiaria con enfoque social, pero una vez más asoma la tendencia burocrática.

¿Matrícula consular para ayudar de Estados Unidos u otros países a familiares necesitados de recursos en México?

¿Acaso la pretensión es rastrear a esos autores de 40 mil millones de remesas -por cierto arrogadas como éxito del actual Gobierno- para perseguirlos fiscalmente allá y acá?

¿El Banco del Bienestar a cargo de la compra obligatoria de divisas, como si este Gobierno fuera funcional?

Mejor hacer caso al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, y apoyar a la banca comercial con un sistema de corresponsables en sistemas bancarios extranjeros, básicamente el estadounidense.

LEG

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