FOTO: REUTERS El médico Gabriel Heras, especializado en medicina intensiva, es uno de los varios de trabajadores de la salud infectados por Covid-19 en España  

El médico Gabriel Heras, especializado en medicina intensiva, es uno de los trabajadores de la salud infectados por Covid-19 en España.

 

En la actualidad, se recupera de sus síntomas para “entrar en la segunda parte del partido”, pues planea volver con los demás pacientes de coronavirus para poder ayudarlos a sanar.

 

Heras es el Director del proyecto Humanizando Cuidados Intensivos (HU-CI), Gabriel asevera que las últimas cinco semanas han sido más que “extenuantes”.

 

El doctor trabaja en el primer hospital afectado por la cepa en Madrid.

 

“Se paró el hospital. No dejaba salir a nadie, ni por supuesto entrar a nadie tampoco. Teníamos que ver que pacientes eran potencialmente infectados e incluso, que profesionales también”, dijo el experto.

 

Además, indicó que se encuentra en contra de que los pacientes que padezcan el virus mueran en soledad, como lo plantean diversos hospitales en el mundo, señala que tanto el enfermo como los familiares merecen una despedida.

 

“Yo tardé cinco semanas en contagiarme y me contagié porque la última semana, que fue la de mayor pico asistencial, en mi hospital se acabaron los EPI (equipo de protección individual) se acabaron las mascarillas y se acabaron los guantes”.

 

Explicó que sin los EPI “es como ir a la batalla sin escudo. Nos hemos dado cuenta que tenemos los mejores profesionales del mundo, pero la sanidad tiene mucho margen de mejora. La pandemia ha puesto de manifiesto todas las carencias del sistema”.

 

También, recordó un caso de las últimas semanas, en el que una enfermera de otro hospital público que se encontraba en su centro acompañando a su padre a punto de perder la vida por la cepa, y le permitieron estar presente y darle la mano.

 

“En el momento en que su padre falleció, ella se giró hacia nosotros y comenzó a aplaudir dándonos as gracias porque en su propio hospital no le hubiesen dejado estar. Creo que son las cosas que marcan la diferencia. El coronavirus no se puede llevar la humanidad de los profesionales, ni el miedo”.