Adrian Trejo

Hay similitudes entre la forma en que López Obrador gobierna el país y Enrique Graue administra la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Cuando se requiere ver la mano de la autoridad para poner orden en la casa -en ambos casos-, lo que encontramos es retórica, nada más.

Graue, el rector ausente, salió a declarar ayer, luego de la vandalización del edificio de Rectoría, de la agresión al director y profesores de la Facultad de Derecho, y de la toma de 11 escuelas y facultades, que los manifestantes “no conseguirán desestabilizarnos.

“No conseguirán que escalemos la violencia con más violencia’’.

Ajá. ¿Y?

Nada dijo de lo que hará para recuperar las escuelas tomadas por los “desestabilizadores’’ ni cómo impedirá que esos grupos tomen otros planteles o facultades.

De facto, Graue dejó en manos de los estudiantes y los profesores la defensa de los planteles y facultades.

Ayer hubo un intento por tomar una preparatoria y fueron los propios alumnos los que evitaron que se cerrara.

¿Eso es lo que quiere Graue?

Porque ni hablar del inútil y caro servicio dizque de vigilancia interna de la UNAM, que sirve para maldita la cosa cuando se trata de proteger alumnos y patrimonio universitario.

Graue ni siquiera hizo un llamado al Gobierno federal para que ayude a contener esta ofensiva contra la UNAM, que evidentemente busca la desestabilización, lograda ya en buena medida.

Si el rector ya identificó de quienes se trata, si lo han hecho en varias ocasiones, si no son universitarios ni encabezan causas de la membresía puma, ¿por qué no actúa penalmente en contra de esos grupos?

La pusilánime declaración de Graue ayer no corresponde a la de un rector comprometido con su población, sino a una posición comodina, repetitiva y previsible que delega a los estudiantes y a los profesores la defensa de las instalaciones universitarias.

Goya.

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¿Qué la Ley General de Bienes Nacionales no contempla la rifa para la enajenación de bienes propiedad del Gobierno?

No se preocupe señor Presidente.

Aquí está su bancada en San Lázaro para hacer las leyes que se acomoden a sus designios.

Ayer dos diputados de Morena, entre ellos Mario Delgado, presentó una iniciativa de ley para reformar el artículo 132 de la citada ley a fin de añadir la figura del sorteo.

Obviamente, el asunto tendrá prioridad, ni modo que primero se haga la ilegal rifa del avión presidencial y luego se apruebe la modificación a la ley.

Como sea, los morenistas se quedaron cortos con esta iniciativa.

Les faltó incluir las tandas, los abonos chiquitos y el trueque, porque como se ven las cosas, el avión no saldrá ni rifado, si es que el Gobierno insiste en rifar un bien que no le pertenece porque fue adquirido con un contrato de arrendamiento financiero.

Ya veremos.

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Rosario Robles tienen una vela encendida ahora que se cambió el juez que lleva su caso.

La petición de la ex funcionaria es llevar su proceso en libertad, luego de que el juez que la encarceló -sobrino de su enemiga política, Dolores Padierna-, fue cambiado de juzgado.

Se espera que este juez sí analice las pruebas presuntamente falsas presentadas por la Fiscalía General, como una licencia de manejo que ni en Santo Domingo hacen tan mal, entre otras.

Ojo, no estamos diciendo que la señora sea inocente de las acusaciones en su contra, eso se verá en el juicio, solo que se notó saña a la hora de desestimar las pruebas que presentó.

LEG