Científicos de la Universidad de Washington y el Servicio Geológico Estados Unidos informaron que una ola de calor severa y duradera conocida como “blob” causó la muerte de casi un millón de aves marinas entre 2013 y 2016 en la costa oeste de América del Norte.

 

El estudio llamado “Extreme mortality and reproductive failure of common murres resulting from the northeast Pacific marine heatwave of 2014-2016” se publicó hace unos días en la revista estadunidense Plos One.

 

El investigador John Piatt, del Centro de Ciencias de Alaska del Servicio Geológico de Estados Unidos y autor principal del reporte, aseguró que los hallazgos fueron sorprendentes y alarmantes, y son también una advertencia acerca del tremendo impacto que el calentamiento oceánico sostenido puede tener en el ecosistema marino.

 

Al realizar una revisión de los estudios de pesca realizados durante el período de la ola de calor, el equipo de investigación concluyó que las persistentes temperaturas cálidas del océano asociadas con el “blob” aumentaron el metabolismo de los organismos de sangre fría y de los pequeños peces forrajeros

 

Con los peces depredadores comiendo más de lo habitual, la demanda de alimentos en la parte superior de la cadena alimentaria era insostenible. Como resultado, los peces forrajeros se volvieron más difíciles de encontrar.

 

La segunda autora del estudio y profesora de la Facultad de Ciencias Acuáticas y Pesqueras en la citada institución, Julia Parrish, comentó que más allá de la ola de calor marina, las muertes fueron causadas por una inesperada presión al ecosistema.

 

Las temperaturas más cálidas de las aguas superficiales frente a la costa del Pacífico, un fenómeno conocido como “blob”, se produjo por primera vez en el otoño y el invierno de 2013 y persistió durante 2014 y 2015. Calentamiento que aumentó con la llegada de un poderoso fenómeno “Niño” en 2015-2016.

 

aarl