Se atora el juicio en pase al Senado

Al borde del abismo de un impeachment o juicio político que amenaza descarrilar su obsesiva lucha por la reelección en 2020, el presidente Donald Trump reaccionó con frustración, coraje, indignación e iracundos ataques contra legisladores demócratas, su posible contendiente Joe Biden, diplomáticos y funcionarios de su administración que testificaron contra él.

En tanto que líderes republicanos y demócratas de las dos cámaras del Congreso no han logrado un acuerdo sobre la mecánica y procedimientos del tercer presidente que enfrenta este procedimiento, pero el primero en la historia que lo hace enfrentando una campaña por la reelección.

La lideresa demócrata Nancy Pelosi debe nombrar a los “fiscales del impeachment” que presentarán los cargos contra el mandatario en la sesión solemne del juicio que se celebrará en el Senado, presidida por John Roberts, magistrado en jefe de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Ante constantes declaraciones de Mitch McConnell e integrantes de la mayoría republicana en el Senado -en el sentido de que Trump será absuelto en un juicio en el que no se tomarán la molestia de analizar los Artículos aprobador por la Cámara Baja, la evidencia y testimonios que lo apoyan-, Pelosi trata de evitar la participación del vicepresidente, Mike Pence, quien también actúa como presidente pro tempore del Senado, para que sea solo el magistrado Roberts quien conduzca el juicio.

Trump siguió con detenimiento el debate en el hotel de Battle Creek, Michigan, antes de un evento de campaña, acompañado de Mike Pence; su yerno, Jared Kushner; Mick Mulvaney, su jefe de Gabinete y Eric Ueland, su enlace con el Congreso, pero no alcanzó a ver el voto final en su contra, de 230 votos contra 197 en el Artículo de abuso de poder, por chantaje al Gobierno de Ucrania con ayuda militar; y de 229 vs. 198 por el Artículo de obstrucción al Congreso… que le informaron después.

Durante las horas posteriores, Trump reaccionó con furia a través de su cuenta de twitter.

Acusó a los demócratas de “vulnerar la democracia y pretender deshacer el resultado de la votación de 2016, que lo llevó al cargo”, tal y como repitió textualmente horas después el presidente ruso, Vladimir Putin, en su conferencia de prensa de Fin de Año, lo que tuiteó el presidente Trump.

Trump también ataco a los medios de comunicación, criticando su cobertura.

Trump, Putin y los republicanos aseguran que el impeachment es “la continuación de un esfuerzo que inició con la investigación de la injerencia rusa en la elección presidencial que lo llevó a la Casa Blanca” así como una declaración de odio y desdén a 62.9 millones de votantes que lo apoyaron.

El Presidente y sus seguidores tratan de desacreditar la base del juicio, para lo que había propuesto inicialmente que el Senado, bajo control republicano, convocara a una larga lista de testigos, entre los que aparecían funcionarios de Ucrania destituidos por cargos de corrupción, “denunciando” presunta corrupción de Joe Biden, su hijo y el presunto sabotaje de ese país contra su comité de campaña, mediante la entrega de documentos sobre ingresos ilegales de Paul Manafort, su ex director de campaña, ahora encarcelado, pero sondeos de opinión revelan lo contrario.

La última encuesta de Político/Morning Consult, del día 21 de diciembre, señala que 52% de votantes estadounidenses apoya el impeachment, en el que se podría destituir al Presidente, en contraste con 43% que se opone.

Entre los demócratas 85% esta a favor, contra 12% que se opone, contrario al 81% de republicanos que se opone, de los que solo 16% esta a favor.

Entre votantes independientes, 48% aprueba el juicio político y 41% se opone; 43% de votantes dice que votaría a favor de legisladores que apoyaron el juicio politico, contra 34% que dice no lo haría, mientras 16% dice que no le importa si votaron a favor o en contra.

El presidente Trump enfrenta ahora la division entre el 80% de cristianos evangélicos que lo siguen.

Mark Galli, editor de la revista “Cristianismo Hoy” fundada por el evangelista Billy Graham, recogió un sentimiento cada vez más popular entre la población, diciendo que “Trump debe ser removido de su cargo”, mientras acusa a quienes apoyan al Presidente de desviar su devoción a Dios.

“El Presidente de Estados Unidos intentó usar su poder político para presionar a un líder extranjero a acosar y desacreditar a uno de sus oponentes políticos, eso no solo es una violación a la Constitución, sino, mas importante, algo profundamente inmoral, por lo que debe ser removido, por lealtad a los Diez Mandamientos del Creador” escribió Galli.

Agregó: “Este Presidente ha demostrado la idea de la moralidad de su administración. Ha contratado y despedido a un gran número de gente que son ahora criminales convictos. Él ha admitido acciones inmorales en sus negocios y sus relaciones con mujeres, de las que se dice orgulloso; su cuenta de twitter es evidencia de sus habituales mentiras, malas caracterizaciones y de una moralidad perdida y confusa”.

El Presidente Trump, quien no repara en atacar a quien sea necesario respondió de inmediato, montado en cólera.

“Es un magazine de izquierda o muy progresivo que no esta ligado a la familia de Billy Graham, esta ligado a quienes les quieren quitar el derecho a la religión y las armas, nadie ha hecho lo que yo por la comunidad Evangélica. Ellos quieren a comunistas como Elizabeth Warren o Bernie Sanders para la presidencia de Estados Unidos”.

Mientras Rudy Giuliani promueve en todos los medios posibles las entrevistas que hizo con funcionarios corruptos de Ucrania el Presidente Trump se prepara para el juicio en el Senado, luego que los “Demócratas que no hacen Nada” como les llama, ademas de enjuiciarlo, le aprobaron los principales temas de su agenda, como la ratificación del T-MEC, el presupuesto para evitar el cierre del gobierno, una ley para aumentar el apoyo federal a mujeres embarazadas, entre otros.

LEG