Estamos a muy poco tiempo de conocer al campeón del Apertura 2019, y hay varios temas en el mundo futbolístico que me llevaron a realizar esta columna. ¿Quién es más importante: el directivo, el técnico o los jugadores para la conquista del titulo?
Tengo la idea y me mantengo en ella desde hace mucho tiempo, de que son los jugadores. Los técnicos y los directivos son muy importantes, pero quien tiene el balón en la cancha es quien al final inclina la balanza.


Por supuesto que un campeonato, es algo nada sencillo de lograr, es una labor de equipo, donde cada quien tiene su parte de responsabilidad, donde se tiene que trabajar en forma conjunta para que en la cancha se anoten y se eviten goles, que finalmente es lo que da las victorias.


Digo esto porque platicando con amigos del Guadalajara muchos están seguros que con Ricardo Peláez llegarán los títulos. Claro que es importante, pero no definitivo.
Primero están los que deben de facilitar los medios para que Peláez logre dar a Luis Fernando Tena un plantel de primera línea. Si no le dan estos recursos económicos y facilidades de trabajo, simplemente no podrá hacer nada.
Luego está la labor del director técnico, quien deberá trabajar con un cuerpo de auxiliares, preparadores, doctores para tenerlos al 100% en lo físico como en lo mental.
Así llegamos al punto definitivo: el futbolista, que con todo lo anterior deberá en la cancha hacer las cosas bien.


Podrán trabajar muy bien todos en la espiral del conjunto, que si el jugador no logra hacer bien su trabajo, no habrá forma de ganar.
No conozco hasta el momento un directivo que garantice un título, tampoco un director técnico que pueda asegurar que con él al frente del equipo, es un hecho ganar.
Claro que tampoco hay un solo jugador que con su presencia tenga ganado el campeonato.
Usted dirá, Sarmiento habla del futbolista como el más importante, pero realmente nos muestra que es una labor de equipo quien lleva a la conquista del éxito.
Y es verdad, se requiere de todo, pero cuando el balón rueda, son los jugadores quienes tomarán las decisiones, en fracciones de segundo y son los mejores, quienes están más cerca de hacerlo bien.


Una falta, una expulsión, un penal, un cabezazo, etcétera, es la diferencia y los directivos y técnicos verán el éxito llegar o escaparse.
Claro que hay errores directivos que pueden tirar todo a la basura, o un mal planteamiento o un mal cambio, pero el porcentaje mayor recae en quien tiene la pelota en los pies y que curiosamente son los más protegidos por los medios de comunicación y por los aficionados.
Siempre será más sencillo culpar a uno de escalafón alto, que al “obrero”. Es el precio de una jefatura dicen los especialistas laborales, que en sus pláticas siempre resaltan que para que la fábrica trabaje bien habrá que buscar buenos empleados y tenerlos en un ambiente laboral agradable.


Falta poco. Ya conoceremos al campeón. Felicitaremos al conjunto ganador y lloverán las criticas a directivos y técnicos perdedores, cuando a lo mejor es en penales, en una barrida o en un error de técnica donde se defina todo y ejemplos hay de sobra, y cada uno de ustedes seguramente tiene una acción imborrable en su cabeza.