Adrian Trejo
 

El boliviano Evo Morales cayó del poder víctima de su propia ambición.

Apenas el jueves pasado la Comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) encargada de auditar la elección en la que Morales se declaró ganador para un cuarto periodo presidencial documentó un fraude escandaloso.

Dicha Comisión encontró más votos que electores, falsificación de firmas en las actas escrutadas, manipulación del sistema de conteo, a tal grado que recomendó una nueva elección con nuevas autoridades electorales.

“La manipulación al sistema informático son de tal magnitud que deben ser profundamente investigadas, por parte del Estado boliviano para llegar la fondo y deslindar las responsabilidades de este hecho grave”.

Luego de conocerse el reporte de dicha Comisión, que validaba las protestas de fraude hechas por la oposición, fue que la policía y el ejército boliviano se sumaron a los grupos de protesta.

Con este escenario, descubierto el fraude, Morales convocó a una nueva elección cuando lo que procedía era su renuncia, como finalmente ocurrió.

Ahora sus defensores llaman un golpe de Estado a las protestas por un aberrante fraude cometido por Morales, las autoridades electorales al servicio del Gobierno y hasta el Poder Legislativo.

El impacto que tendrá la renuncia de Morales en la región es de pronóstico reservado.

Chile, Argentina, Venezuela, países con movimientos populares en contra de sus actuales autoridades deberían verse en ese espejo.

Y quizá también México, al parecer próximo hogar de Morales y parte de su gabinete que desde ayer –con excepción del ex Presidente-, se encontraban en la embajada mexicana en La Paz.

Evo pudo pasar a la historia como el Presidente que marcó un antes y un después en Bolivia, pero decidió convertirse en un dictadorcillo, derrocado por la ambición propia y la de los suyos.

¿Golpe de estado? ¿Y el fraude documentado por la OEA, no cuenta?

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El presidente del Senador, Ricardo Monreal, tiene este lunes como plazo para negociar con la oposición la toma de protesta de la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra.

La oposición, encabezada por el PAN, ya dijo que impedirá que Piedra rinda protesta y la única manera que puede hacerlo es tomando la tribuna.

El blanquiazul denunció la manipulación de votos para favorecer a Piedra, con el argumento de que se contabilizaron 114 votos, cuando en realidad votaron 116 senadores.

Monreal tendrá que sacar sus artes de negociador para impedir que la sesión de mañana en el Senado se convierta en un circo y que, pese a todo, la morenista Piedra Ibarra rinda protesta.

La discusión del presupuesto provocará choques en San Lázaro.

Los diputados tienen sólo la semana que hoy inicia para aprobar el presupuesto para el próximo año y, pese a la cercanía de la fecha fatídica, sigue sin haber acuerdo en temas muy específicos.

Por ejemplo, el tema de mayor presupuesto a los municipios.

Aunque Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Hacienda, dijo que habrá una bolsa adicional de 31,000 millones de pesos para estados y municipios, es una promesa de saliva, pues hasta el momento no está plasmada en el papel.

También está el tema de mayores recursos al campo y al tema de la salud, que pese a los aumentos anunciados desde Palacio Nacional, la oposición no ve claro.