La gran hazaña se dio en el Minute Maid Park. Los Nationals vinieron de atrás para ganar el séptimo juego como visitantes, y así conquistar su primera Serie Mundial en 50 años de existencia de la franquicia.

El relevo de los Astros falló a la hora buena, y Kenrick y Rendon respondieron con sendos cuadrangulares para definir una de las series más cardíacas en la historia de la pelota estadounidense.

No hay plazo que no se cumpla, y por fin se conoció al nuevo monarca de las Grandes Ligas.

El Minute Maid Park fue testigo de la quinta ocasión en la década que la Serie Mundial se definió en un séptimo juego, la mayor cantidad en el período desde los 70.

Zack Greinke y Max Scherzer fueron los encargados de abrir el duelo por Astros y Nationals respectivamente.

El lanzador de Houston salió a la lomita tirando fuego. Después de seis entradas de trabajo, apenas le pudieron conectar un imparable, regaló un pasaporte y despidió a tres bateadores por la vía de los strikes. Hasta esa entonces, llevaba 67 lanzamientos, y 43 fueron por la zona buena.

Mientras que el abridor de Washington, Max Scherzer, no encontró la zona de strike en los cinco episodios que estuvo sobre el montículo. Su labor la cerró con siete batazos que acabaron con rivales en las almohadillas, pasó a cuatro rivales por cuatro bolas, ponchó a tres, y le conectaron un estacazo de cuatro esquinas.

Cuando Dave Martinez más necesitaba a su pitcher y el ganador del cy Young en 2013, 2016 y 2017, se le complicó sacar una victoria que tenía tintes históricos ante la batería de unos Astros que salieron en pos de su segundo Trofeo del Comisionado.

Y fue justo cuando el mánager de Nats sacó a Scherzer, que la ofensiva respondió, y lo hizo el ex dodger Kendrick, quien no había bateado nada en la SM, y ante Greinke pegó un home run de dos carreras para dar la voltereta. Y lo más importante para los visitantes, fue que lo consiguieron en la fatídica séptima

Cuando fue el turno de los Astros de alcanzar a su oponente en la séptima, ingresó Patrick Corbin al relevo, y lo hizo impecable para secar a los de naranja.

El mexicano Roberto Osuna fue el tercer relevista que mandó AJ Hich a lanzar, y su trabajo constó de un pecado que acabó en una carrera más para Washington, y los visitantes ya ganaban 4-2.

En la novena parte alta los Nats aumentaron la ventaja ante los lanzamientos del mexicano José Urquidy, quien heredó hombres en primera y tercera, y dos entraron a la registradora. Venía la baja y los Astros ante una misión casi imposible: anotar al menos cuatro carrera.

 

LEG