Las autoridades de California ordenaron la evacuación de al menos 50,000 personas debido a una ola de incendios forestales que se propagan por todo el estado de la Unión Americana.

 

Varios grandes incendios forestales ardían en todo el estado el jueves, mientras prevalecían las condiciones cálidas, secas y ventosas, según reportó el diario La Opinión.

 

En el sur de California, se estima que 50,000 residentes se vieron obligados a abandonar sus hogares debido a los incendios voraces, según el Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles.

 

Un incendio provocado por los fuertes vientos estalló en el Bosque Nacional de San Bernardino la madrugada del jueves, arrasando varias hectáreas en las colinas sobre San Bernardino y obligando a decenas de residentes a huir de sus hogares.

 

En el norte de California, las autoridades ordenaron la evacuación de 2,000 personas cuando un incendio forestal consumió 49 edificios y consumieron más de 4.000 hectáreas en el condado de Sonoma, azotado por los fuertes vientos que llevaron a PG&E a imponer apagones en toda la región.

 

Pacific Gas & Electric Co. (PG&E) cortó la energía a miles de residentes debido a las condiciones peligrosas del viento.

 

El siniestro, denominado “Tick”, se activó en horas de la tarde a unos 65 kilómetros al norte de Los Ángeles y rápidamente consumió unas 2.000 hectáreas, dijeron los bomberos del condado de Los Ángeles.

 

Las autoridades ordenaron la evacuación de los cerca de mil residentes de la localidad de Geyserville, así como a otro millar de otras áreas afectadas por el incendio, denominado Kincade.

 

En Geyserville, las escuelas permanecieron cerradas este jueves, mientras los bomberos tuvieron que cerrar varias carreteras ante la cercanía de las llamas.

 

“Si estás en Geyserville, vete ahora”, dijo la Oficina del Sheriff del Condado de Sonoma en un aviso el jueves por la mañana, citó el diario Los Angeles Times.

 

Las condiciones climáticas extremas continuarán durante este fin de semana, aumentando la amenaza de incendios y la probabilidad de cortes de energía más generalizados a medida que las empresas de servicios públicos intentan evitar que las líneas eléctricas provoquen más siniestros.

 

En esta zona del norte de California se registraron en octubre de 2017 varios incendios forestales que dejaron más de 30 muertos, más de 6.000 estructuras destruidas y una superficie asolada de unas 56.700 hectáreas.

 

Un año más tarde, el fuego denominado “Campfire” prácticamente destruyó la ciudad de Paradise y se cobró la vida de al menos 86 personas, en una racha de dos años en los que California sufrió los peores incendios de su historia.

 

PAL