Para Silvia Gauna juntar los pesos necesarios para pagar el arriendo del departamento de una sola habitación en el que vive junto a su hija adolescente en Buenos Aires es un esfuerzo enorme.

 

La elevada inflación argentina ha impulsado el valor de los alquileres, y los salarios y niveles de empleo reflejan la recesión en la que se encuentra hundido el país.

 

Además, Gauna, una recepcionista de hotel de 49 años, perdió en agosto el puesto de trabajo que mantuvo por años y ahora se enfrenta al abismo al que un creciente número de inquilinos de la nación se han visto empujados: perder su vivienda.

 

Así, el drama de Gauna y su hija es solo un ejemplo de la crisis habitacional más amplia que existe en Argentina, donde el malestar económico y el descontento popular está inclinando la economía del país nuevamente hacia la centroizquierda, a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales.

 

En la capital Buenos Aires, el distrito más rico del país, cerca del 40% de los inquilinos luchan por pagar sus alquileres, que aumentan a un ritmo más veloz que los salarios, según la oficina de la Defensa del Pueblo de la ciudad autónoma.

 

“Que mejore la situación económica porque la inflación nos está matando, nos está comiendo el bolsillo. O comemos, o pagamos las tarifas, o pagamos el alquiler”, dijo Gauna desde el cuarto que oficia tanto de alcoba como de comedor en el que vive junto a su hija.

 

Gauna perdió su trabajo en el momento en que el presidente argentino Mauricio Macri -quien busca una reelección- sufrió una cruda derrota en las primarias presidenciales ante el candidato del peronismo de centroizquierda Alberto Fernández.

 

La crisis de inquilinos en Argentina se produce a semanas de las elecciones que eyectarían del poder a Macri, un liberal que fue alcalde de Buenos Aires y asumió la presidencia con la promesa de eliminar la pobreza. Hoy está terminando su mandato con millones de nuevos pobres en Argentina.

 

Fernández es el principal candidato a triunfar el 27 de octubre. El peronista correrá junto a la expresidenta Cristina Fernández como candidata a vicepresidenta. Cristina Fernández, quien lideró dos mandatos entre 2007 y el 2015, tiene un fuerte respaldo popular gracias a un amplio plan de subsidios que aplicó durante sus gestiones.

 

El presidente de la asociación Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz, dijo que las reformas liberales de Macri y la crisis económica del país han generado una situación difícil para quienes arriendan.

 

“No se veía desde hace mucho tiempo, te diría desde el 2001/2002 (el período de la mayor crisis económica y social argentina) que tantas familias en Argentina no sepan dónde van a vivir porque no pueden pagar más el alquiler”, dijo Muñoz.

 

“¿CÓMO HAGO PARA RESCINDIR?”

 

En la recta final de su campaña, Macri anunció medidas populares y que impulsarían la creación de trabajos.

 

Sin embargo, muchos apuntan a la desregulación del mercado inmobiliario aplicado por su Gobierno como impulsor de los precios de alquileres y a su incapacidad de controlar la inflación.

 

Macri ha prometido que su Gobierno buscará “cuidar” a los inquilinos preocupados por un futuro incierto. Pero el mandatario de centroderecha ha cosechado pocos apoyos entre los votantes más afectados al recortar los subsidios a los servicios públicos como parte de una campaña para reducir el déficit fiscal.

 

El Congreso de Argentina, mientras tanto, ahora está analizando proyectos de ley para aliviar la crisis de vivienda. El martes se presentaron tres propuestas relacionadas a la situación habitacional.

 

Fernando Muñoz, responsable de la defensa del Inquilino en la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires, remarcó el elevado número de personas que buscan romper sus vínculos de alquiler, incluso cuando eso conlleva el pago de multas, como muestra de la crítica situación habitacional.

 

“Mucha gente viene y nos dice quiero terminar el contrato, no puedo seguir pagando. ¿Como hago para rescindir?”, dijo.

 

Por su parte, Gauna espera que el próximo presidente ayude a impulsar la creación de puestos de trabajo, pero se muestra pesimista ante la caída en las perspectivas de crecimiento económico y una inflación anual por encima del 50%.

 

Por el momento debe arreglárselas con un empleo temporario para pagar el alquiler de 9.200 pesos (159,02 dólares) mensuales. Gauna dice que se ha visto obligada a sentarse a comer una vez por día.

 

“Tengo miedo porque no se que va a pasar con este trabajo”, dijo Gauna.

 

“(Quiero) tener una casa y un trabajo estable y que el Gobierno que viene mire a los trabajadores porque no la estamos pasando bien. Y una casa para mi es muy importante, para dejarle algo a mi hija”, agregó.

 

DAMG