Cada 40 segundos una persona se quita la vida; el suicidio se convirtió en la primera causa de muerte entre las personas de 14 a 44 años y la segunda entre los grupos de 10 a 24 años de edad, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Diversas instituciones de la salud -mundiales y locales- están sumando esfuerzos para prevenir el suicidio, puesto que las tasas entre los jóvenes aumentaron y actualmente representa una causa de mortalidad superior (57%) a la ocasionada por guerras y homicidios.

En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se lleva a cabo el 10 de septiembre próximo, platicamos con un experto en salud mental para aprender a detectar a tiempo los signos de alerta que enfrenta una persona que piensa en el suicidio como una opción.

Pablo Chalita, psiquiatra y terapeuta EMDR dedicado al trauma psicológico y creador del sistema BLS Therapy -que trata diversos factores de estrés y ansiedad, entre otros-, nos comenta la importancia de la comunicación familiar

¿Cómo darse cuenta de algún familiar con tendencia suicida?

-Cuando cualquier persona que hace comentarios orientados hacia pensamientos o planes suicidas, generalmente, son las primeras señales; tales como ‘no sería mala idea tomar veneno o aventarme al metro’. Comúnmente, los familiares no le dan importancia a este tipo de declaraciones y puede ser la única manera en darnos cuenta de una ideación suicida.

El pensamiento pasa desde una fantasía hasta formar una idea más estructurada que puede llevar a un plan o acto suicida. Este varía según la letalidad, que van desde lastimarse sin ser mortal o  comentarlo y hacerlo.

La familia ignora las conductas si el mal que se hace es de baja letalidad.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

-Entre el 70% y 95% de los casos de suicidio se dan por enfermedades mentales. La persona gradualmente va empeorando y tienden a aislarse hasta que llega el pensamiento suicida.

Entre las los padecimientos mentales destaca la depresión y los factores ansiosos. A su vez, el consumo de sustancias tóxicas, el trauma psicológico o problemas socioeconómicos son causas detonantes.

Los traumas se dividen en dos: el primero es la vivencia de algo muy fuerte, como un asesinato o una violación; el segundo tipo de trauma que, aparentemente, es pequeño, es repetitivo y el más común es el bullying.

Otro factor de reincidencia son las enfermedades crónico degenerativas tales como el Parkinson, la esclerosis múltiple o la neuralgia del trigémino, las cuales, por el dolor que provocan o por el simple hecho de que el afectado está consciente del sufrimiento que les traerá, ya sea para ellos o sus familiares,  los impulsa a cometer un suicidio.

¿Cómo se ve una persona suicida, qué rasgos no puedo pasar por alto?

-Ese es uno de los principales problemas, puesto que no siempre tendrá una conducta depresiva. Los trastornos internalizados son un proceso que existe puramente en la mente que, a simple vista, se pueden pasar por alto.

No se deben ignorar los comentarios que orientan al simple hecho de ‘me gustaría no despertar’, que evolucionan a una idea de quitarse la vida. La comunicación familiar es la primera herramienta de prevención que se tiene.

¿A dónde acudir por ayuda?

-Es importante acudir con un especialista que evalúe la gravedad del problema que tiene el implicado para saber cuál será el tratamiento a seguir.

Además, existen instituciones como el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez y el Instituto Nacional de Psiquiatría, donde hay consultas de emergencia.

Contacta al especialista
Pablo Chalita, psiquiatra
Instituto Mexicano de Neurociencias
Consultorio 750 del Hospital Ángeles Lomas
Teléfono: 52469790
instagram: @pchalita

Xavier Rodríguez