Foto: Reuters En este mismo sentido las entidades antiinmigrantes forman parte con frecuencia de grupos de odio supremacistas blancos  

Los grupos de odio que existen en Estados Unidos se concentran en el centro-oriente y la costa este oriente del país, aunque California, considerado liberal, muestra también amplios números, señaló un informe sobre este tipo de organizaciones.

 

De esas entidades, las antiinmigrantes son las más extremistas entre las que han proliferado desde principios de la década de los años 90 del siglo pasado, cuando puede detectarse el alza de la xenofóbica que no había visto Estados Unidos desde setenta años atrás.

 

Estos grupos se definen por sus practicas o creencias que atacan a una categoría entera de la sociedad, a la cual atribuyen características negativas, centrándose en rasgos imposibles o difíciles de cambiar como raza, religión, grupo étnico, orientación sexual o identidad de género.

 

Manejan prejuicios que golpean el corazón de nuestros valores y fracturan a la sociedad en sus líneas más débiles, afirma el trabajo “Odio en los Estados Unidos”, elaborado por el Southern Poverty Law Center (SPLC), con sede en Montgomery, en el sureño Alabama.

 

La pertenencia a este tipo de organizaciones se da de diversas maneras, ya que puede ir desde la mera donación de recursos económicos, hasta el pago de membresias o la plena participación en reuniones o manifestaciones.

 

De la geografía estadounidense solo Nuevo México aparece sin una estructura de este tipo, mientras la liberal California, uno de los estados con las llamadas “Ciudades Santuario” que protegen a los inmigrantes, sumaba 83, mientras Florida le seguía con 75.

 

Inclusive los lejanos estados de Alaska y Hawaii figuran en el trabajo producto del seguimiento que comenzó en 1990, con cuatro y cinco de estas entidades, de manera respectiva.

 

El SPLC advirtió que la existencia de estas organizaciones no es nueva, pues en la historia estadounidense siempre han existido prejuicios contra individuos o grupos por su raza, orientación sexual e inclusive discapacidades físicas.

 

Advierte también que el departamento de Justicia ha advertido que los crímenes de odio más que los de otra naturaleza, pueden disparar conflictos en las comunidades, disturbios civiles y aún motines.

 

A pesar de su retórica que llaman “patriótica”, en realidad dividen a la sociedad, y sus puntos de vista son en esencia antidemocráticos.

 

Este centro señala que las principales categorías en que se clasifican los grupos de odio son Ku Klux Klan, neonazis, nacionalistas blancos, racistas cabezas rapadas, identidad cristiana y neoconfederados.

 

La clasificación agrega a las entidades antiinmigrantes, antiLGBT, antimusulmanes, a los cuales se suma una categoría más general integrada por quienes niegan el Holocausto y los seguidores radicales del catolicismo tradicional.

 

También se advierte que el ejercicio de actividades violentas no es requisito para que un grupo sea considerado de odio, aunque las inspire a individuos.

 

El trabajo precisa que el antisemitismo no es clasificado como categoría en sí mismo, porque con frecuencia está incluido en las proclamas de los neonazis, los skinheads o la identidad cristiana, entre otros.

 

En este mismo sentido las entidades antiinmigrantes forman parte con frecuencia de grupos de odio supremacistas blancos.

 

Quienes desarrollan actividades antiinmigrantes propalan que esta población es incapaz de asimilarse al resto de la sociedad, tienen baja capacidad intelectual en relación a los blancos, además de que son portadores de enfermedades y afectas a la criminalidad de manera innata.

 

Hay grupos que cuestionan las políticas gubernamentales para los migrantes pero que no pueden considerarse de odio, pues aquellos que sí lo son difunden propaganda racista contra los inmigrantes no blancos.

 

Por lo que se refiere a los grupos de odio antiLGBT, usan un lenguaje que deshumaniza y se basan en hechos pseudo científicos, por ejemplo que constituyen una amenaza para la niñez pues son pedófilos.

 

Algunos de estos grupos de odio apoyan la criminalización de la homosexualidad no solo en Estados Unidos sino en otros países, basados con frecuencias en mitos, señala también el trabajo de la SPLC.

 

 

 

jhs