Por Otoniel O. Ochoa P.
@OtonielOchoa

La próxima semana, el Banco de México (Banxico) decidirá si disminuye la tasa de fondeo, y lo hará frente a un mapa de riesgos sumamente complejo. A nivel doméstico, el Banxico deberá ponderar varios factores: la inflación actual y la pronosticada para los próximos meses, ambas dentro del rango objetivo de 2% a 4%; el lento crecimiento de la economía que continuará el próximo año y el déficit público -principal ancla de la inflación- que está bajo control. En este escenario hay espacio para reducir la tasa un cuarto de punto.

Sin embargo, el mapa de riesgos se complica cuando incorporamos varios eventos internacionales que están en marcha y cuyo desenlace no se advierte placentero. El primero es la guerra comercial entre China y Estados Unidos, que ha escalado niveles inesperados. La más reciente amenaza arancelaria de Trump se tradujo en una represalia cambiaria por parte del Banco Popular de China. Así, el enfrentamiento pasó de los aranceles a las divisas y, en consecuencia, otros países –Tailandia, India y Nueva Zelanda- empezaron a disminuir sus respectivas tasas de referencia para depreciar sus monedas e intentar defender la competitividad de sus exportaciones.

 

El problema para México es que sumarse a esa guerra sólo le representaría presiones inflacionarias sin beneficio para sus exportaciones, ya que éstas responden en buena medida al comportamiento de cadenas productivas, y no tanto al tipo de cambio. La depreciación administrada sólo se refleja en espiral inflacionaria.

 

El segundo factor de riesgo es el Brexit. La llegada de Boris Johnson como primer ministro aumentó las probabilidades de que la salida del Reino Unido de la Unión Europea sea accidentada y desordenada. No tenemos precedente para evaluar la inestabilidad financiera internacional que este proceso podría generar. Además, el plazo para la separación vence en octubre, lo que coincidiría en tiempo con la incertidumbre que desencadenarán las discusiones para la aprobación del T-MEC en Estados Unidos.

 

Ante este mapa de riesgos, parafraseando a Robert Solow, ¿qué tan cauteloso debe ser el Banxico? ¿Se atendrá a las condiciones domésticas y disminuirá la tasa, con el riesgo de que termine siendo una medida transitoria por las circunstancias internacionales o mantendrá una postura restrictiva que proteja a la economía ante los aparentemente inevitables choques externos? La decisión nos permitirá descubrir el verdadero carácter del Banxico.