Termina el verano de Selecciones, y al término de las competencias se puede decir: misión cumplida al ganar quienes más méritos hicieron y quienes más responsabilidad histórica tenían en estos eventos. México, Brasil y Estados Unidos tienen todo el derecho a festejar, porque como dice ese refrán  futbolero: “Las finales hay que ganarlas”.

Las damas primero. Las chicas de Estados Unidos lo ganan muy bien demostrando que el balompié femenil en su país es prioridad, que no se han estancado, logrando estar al máximo nivel en un deporte que está creciendo sobre todo en Europa.

Creo que quedó muy claro que son las mejores y este éxito les dará para que millones de niñas en el vecino país del norte sigan teniendo gusto e ilusión por jugar al futbol. Hay que señalar que este Mundial en Francia fue muy seguido en nuestro país, yo diría, como nunca y eso es muy bueno, cuando nuestra Liga ya da pasos más sólidos e incluso ya tiene patrocinios, porque sin dinero es difícil su desarrollo.

En la Copa Oro, México cumplió, sufrido título, desde antes de jugarlo en un clima interno de lesiones, permisos, renuncias, Sub-20 y Sub-22. Total, parecía todo listo para sumar un fracaso, que por momentos rondó en la cancha en diferentes partidos, incluso en el primer tiempo de la final.

Creo que Gerardo Martino levanta la mano y da un golpe a su favor muy importante, logrando calmar las aguas, poniendo disciplina, imponiendo un estilo de juego y ganando, algo que requiere más que nunca nuestro futbol.

Ahora habrá tranquilidad para trabajar, para analizar el futuro, para saber quién si puede regresar al Tri y quién no. El famoso cambio generacional se empezó a dar sin escándalos, como debe de ser y con aciertos con nombre y apellido: Carlos Rodriguez, Antuna y Alvarado, ahora hay que ver si los jóvenes de las Selecciones menores dan el paso al frente para estar ya en la mayor y el cambio continúe.

Al frente en el camino del Tri vienen amistosos como contra Argentina, a quién hay que ganarle ya, hoy más que nunca y unas eliminatorias que aviso no serán fáciles, pero donde tampoco se debe sufrir. Hay también un extraño torneo de la Concacaf donde la “obligación” es jugar la final.

Finalmente Brasil, que gana en su Maracaná, que gana porque fue el mejor, porque respondió en el momento importante y supo resolver sus problemas, como la ausencia de Neymar y la poca fe que muchos brasileños tenían de su representativo, donde incluso hay broncas de pantalón largo que podrían llevar a la renuncia de Tite su director técnico.

Lo triste de esta copa América es la nube de corrupción que carga el futbol sudamericano, la mala aplicación del VAR y un Messi que deja dudas en su futuro futbolístico como seleccionado y en la forma como se manejan las cosas en la Conmebol.

Brasil no fue campeón por el arbitraje, pero si vuelven a ponerlo en duda y ahora que está de moda hablar de México, y lo bueno que sería volver a estos torneos, no olvidemos de como nos quejamos de lo vivido con los arbitrajes de esa zona tanto a nivel de equipos como de selecciones.