El Brexit se ha vuelto como una gran interrogante que conforme ha transcurrido el tiempo, ha quedado a un lado entre los manejadores de fondos a nivel mundial. Sin embargo, los tiempos de definición se acercan y el riesgo de un Brexit “sin acuerdo” tomará relevancia en estos siguientes meses.

Moody’s ha endurecido sus advertencias sobre el impacto económico de un Brexit sin acuerdo y ahora piensa que el Reino Unido “probablemente entraría en recesión” si sale de mala manera de la UE. La fecha oficial de salida máxima es el 31 de octubre.

Este próximo 22 de julio el Partido Conservador hará la votación para saber quién será el sustituto de Theresa May como primer ministro. Las diferentes encuestas consideran a Boris Johnson como gran favorito, aunque al preguntarse quién sería mejor como “primer ministro”, la respuesta dominante es Jeremy Hunt.

Boris Johnson mantiene su discurso afirmando que aunque no haya acuerdo, el Brexit se dará. Su rival, Jeremy Hunt, también ha endurecido en estos días su discurso con el objetivo de ganar más respaldo entre las bases del partido. Sin embargo, deja abierta la puerta a una nueva extensión asegurando que, si se convierte en el próximo primer ministro, anunciaría su decisión final en septiembre. Ambos coinciden en querer renegociar el Acuerdo de Retirada que Theresa May cerró con la UE el año pasado.

Es muy probable que la economía haya perdido un fuerte impulso entre abril y junio, y en donde algunas instituciones inclusive ya estiman la primera contracción trimestral después de siete años. La inflación al cierre de mayo alcanza 2.0% anual con una clara desaceleración, al igual que algunos indicadores como ventas minoristas, producción industrial, indicadores de manufactura y servicios, así como la confianza del consumidor.

La deuda sobre el PIB se ubica en 85% cuando en 2010 era de 64%. El déficit fiscal viene mostrando una mejoría pasando de 9.9% en 2010 a 2.0% al cierre de 2018. Ha reducido el gasto público vs. el PIB de una manera importante, pasando de 45% en 2010 a 39% en 2018. Sin embargo, la cuenta corriente se ubica en un déficit de 3.9% y la balanza comercial ha incrementado su déficit.

En mercados, el rendimiento de la Bolsa, el FSTE registra una ganancia de 12.9% en el año, pero su divisa, la libra, viene perdiendo 1.4%. El bono a 10 años ha ajustado a la baja 65 puntos base, apoyado además por un entorno de política monetaria mundial más “acomodaticia”.

 

El riesgo de una salida sin acuerdo es que la libra podría situarse debajo de 1.20 dólares sin problema, la curva de bonos gubernamentales en los diferentes plazos podría presionarse y seguramente el Banco Central de Inglaterra (BoE) tendría que llevar a cabo bajas en las tasas de interés, que hoy se ubican en 0.75% anual. La Bolsa podría sufrir una fuerte volatilidad ante la falta de confianza y una mayor incertidumbre sobre el rumbo económico, político y social que tendrá Reino Unido.

Actualmente, el valor de capitalización de su mercado accionario representa 4.7% del total de mercados y su economía representa 2.8% respecto al PIB mundial, por lo que de alguna manera habrá efectos sobre los mercados en general y en especial con Europa, en donde su intercambio comercial es fuerte.

Londres se ha caracterizado por ser la segunda plaza financiera mundial después de Estados Unidos, y podría correr el riesgo de ser sustituida por alguna otra plaza, con lo que los empleos y las propias empresas podrían sufrir fuertes ajustes.