Hace unas semanas le relatábamos en este espacio el drama que viven los veracruzanos y la incompetencia del actual gobernador Cuitláhuac García, que se dedicaba a inaugurar obras insulsas en lugar de atacar el principal problema del estado, que es la inseguridad.

El asesinato de 14 personas ocurrido en Minatitlán, el viernes pasado, no sólo ratificó lo dicho, sino que abrió el debate sobre la competencia o incompetencia del actual gobernador, en pleito eterno con el fiscal Jorge Winckler, a quien responsabilizó de la masacre por estar de “brazos caídos’’.

Legalmente, la seguridad pública no es responsabilidad de Winckler, sino de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo responsable fue impuesto por el gobernador.

A Winckler le corresponde investigar y resolver los delitos y detener a los criminales, pero la prevención y el combate no son responsabilidad de la Fiscalía.

El gobernador ha sido rebasado totalmente por la delincuencia; ahí están las cifras que demuestran que Veracruz es uno de los estados más violentos del país, sólo por debajo de Guanajuato y Guerrero.

No hay estrategia, no hay mando y las Policías municipales y la estatal están infiltradas por la delincuencia, si no es que son la propia delincuencia.
Pero a pesar de la evidencia de los números, el presidente López Obrador aprovechó la ceremonia de aniversario de la defensa del Puerto de Veracruz para exaltar al gobernador “por honesto y por no tener mala entraña’’.

López Obrador incluso obligó a la concurrencia a repetir las vivas que lanzó a favor de Cuitláhuac García, en lo que pareció una repetición de la famosa frase de Peña Nieto a favor de Rosario Robles, cuando la ex secretaria de la Sedesol y Sedatu había sido señalada de malos manejos:
“No te preocupes, Rosario’’.

“No te preocupes, Cuitláhuac, no es tu culpa; es culpa de los anteriores Gobiernos que nos dejaron un cochinero que vamos a limpiar’’.
De los muertos mejor ni hablamos.

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El mismo día de la masacre en Minatitlán se confirmó que el primer trimestre de esta administración fue el más violento en los últimos años.
De acuerdo a cifras oficiales, durante los primeros tres meses de la gestión de López Obrador se cometieron ocho mil 737 homicidios dolosos en el país, esto es 8.9% más que en el mismo periodo de 2018.

Guanajuato es la entidad en donde más crímenes se cometieron.

Los datos son oficiales, así que eso de que “no tengo otros números’’ no aplica.

A ver qué se dice hoy en la mañanera que se realizará desde Veracruz para atender –esperamos que no con memorandos- la espantosa inseguridad en el estado.

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Se acaba el actual periodo ordinario de sesiones, y no se ve cómo es que puedan sacar en el Senado las leyes secundarias de la reforma laboral de 2017, pese a que es una exigencia del Ejecutivo a su bancada en Morena.

El asunto está en manos del purificado Napoleón Gómez Urrutia, y ya se verá si tiene el poder de convencer a la oposición de las ventajas de la reforma, que pasó por mayoría en la Cámara de Diputados.

Y los diputados no tienen para cuándo aprobar la contrarreforma educativa, toda vez que hasta la CNTE desconoció el memorándum famoso porque, dijeron, no deroga la reforma peñista.

Y sí, tienen razón.