En España por supuesto que no dejaron pasar la exigencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de disculparse por los excesos de la Conquista. La mayoría de las voces políticas españolas se unieron en una condena a lo dicho por López Obrador; lo ubicaron como una reacción del populismo latinoamericano y regresaron a lo suyo.

Pero en México sí dejó un debate abierto sobre cuáles son los alcances que pretende tener la 4T.

Y justamente, sobre esos posibles alcances que podría tener un Gobierno encabezado por López Obrador, desde Estados Unidos llegó una pista interesante.

Uno de los personajes más impresentables del primer círculo del Presidente de los Estados Unidos es Stephen Bannon, radical de la derecha, a quien muchos le adjudican la invención política de Donald Trump.

Y si bien ya no es un asesor formal del mandatario estadounidense, siempre estará en la gracia del mandatario republicano por todos los favores recibidos y por todo lo que le sabe al millonario neoyorquino.

Bien, pues, este personaje habló de una de las motivaciones que tuvieron en la Casa Blanca para finalmente decidirse a mantener un acuerdo en sustitución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Es público que durante la negociación que se daba a mediados del año pasado hubo momentos en que estuvieron cerca de romperse las pláticas, hasta el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y la incorporación de sus representantes en la mesa negociadora, lo que acabó por destrabar el acuerdo.

Se presumía que algunas concesiones de la delegación del Presidente electo, López Obrador, habrían destrabado la negociación con el equipo del estadounidense Robert Lighthizer, lo que hizo posible su conclusión exitosa.

Bannon asegura que si el acuerdo comercial con México y Canadá se concretó es porque López Obrador había ganado la elección presidencial mexicana, y con ello tendrían en la frontera sur a un Presidente populista.

Era entonces imperativo para su país llegar a la conclusión exitosa de lo que hoy llamamos el T-MEC para cerrar la puerta trasera a China.

Este extremista de derecha dice que se fichó al Gobierno mexicano en un nuevo acuerdo comercial para cerrar la posibilidad de un pacto entre el México de López Obrador y China.

Es un argumento escandaloso de un personaje estridente, antimexicano y con un claro desprecio hacia los que son diferentes a él. Pero lo dice desde dentro de un Gobierno que es así. Por lo tanto, tiene cierta lógica que en el Salón Oval prefirieran tener a López Obrador y a su gobierno del lado estadounidense y no dejar margen para que el Gobierno de izquierda mexicano fuera conquistado por los coqueteos chinos.

Incluso, este argumento puede servirles para cabildear con algunos republicanos que hoy estén dudando sobre la ratificación del T-MEC. Espantarlos con el coco chino puede funcionar.

Pero esa estrategia les fallaría con los demócratas, porque resulta que este mismo personaje, Stephen Bannon, esparce el rumor de que los temibles chinos también están interesados en que los demócratas ganen la elección presidencial de 2020.